Impecable, ácida y con un argumento extremadamente realista que como cuchillo en mantequilla se introduce en la mente del espectador, destazando literalmente la consciencia llegando a discernir entre el límite de lo real y lo permitido, lo cuál hace que te envuelva dentro de la historia de tal forma que incluso eres juez de este crudo relato, determinando el destino de los protagonistas.
Fotografía por Charly Duchanoy ©
Con un guion original del dramaturgo peruano Jorge Robinet que nos expone sobre el plató, una historia extremadamente avantgarde, en la que incluye al público dentro de la trama como si se tratara de un coliseo moderno, así como lo vemos a diario en redes sociales o en los reality shows, en los que tanto las figuras públicas como las personas comunes se exponen al escrutinio público siendo juzgados, incluso sin saber o medir las consecuencias de lo que implica, sobreponiendo el morbo antes que la humanidad.
Fotografía por Charly Duchanoy ©
Justamente con ese preámbulo es como el experimentado director Reynolds Robledo, toma esta historia de una forma tan sagaz que hace que los dos actores que forman parte del elenco, hagan de su personaje una vorágine de emociones convirtiéndolos en personajes memorables, dignos de reconocer.
Fotografía por Charly Duchanoy ©
Ya que podemos ver sobre el escenario, a un indefenso protagonista (Alejandro Oliva) que con físico impresionante hace contrafigura y muestra ese deseo incontrolable de ser admirado y se pone en manos de un villano (Manuel Balbi) que con una frialdad y un hambre voraz de éxito y ambición lo llevará a hacer cosas impensables.
Fotografía por Charly Duchanoy ©
Así es como esta mancuerna actoral admirable, nos deleitan con la historia de un reconocido chef que en busca de hacer un última gran obra, decide hacer un casting para crear un reality show en el cuál, el público será testigo y parte de la decisión final de este último guiso.
Fotografía por Charly Duchanoy ©
Voraz, sin lugar a dudas es una propuesta bastante arriesgada, que seguramente se volverá una puesta en escena de culto y que bien podría funcionar a futuro en la pantalla grande o en el streaming, para un público de mentes intrépidas y para generar controversia y dejar una enseñanza real sobre lo innecesario que es el escrutinio público sobre las banalidades y se pierde el foco de lo que realmente es importante, dando relevancia a la esencia humana.
Esta puesta en escena, se presenta todos los miércoles a las 20:30 hrs hasta el próximo 26 de junio en el Foro Lucerna, pueden adquirir sus boletos en taquilla o Ticketmaster.
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