THE PILLOWMAN: El Transtorno de una realidad contada





¿Hasta dónde un relato es inspirador y creador de mundos idílicos a los que el lector acude como un escape para convertirse en el impulso y tal vez la excusa para actuar en contra de lo establecido como lo que está bien?

A lo largo de la historia, la literatura ha sido de gran importancia en la presencia social e ideal latente en sus tiempos y el pensamiento que podía sugerir dentro de los lectores. Por eso también debería de hacerse una verdadera lectura de valor con la moralidad y la realidad en mente en todo momento, pues aún cuando es un deleite adentrarse en una buena historia y ser parte de ella, hay una línea muy delgada para desbordar la ficción y atentar con el relato en la mano como una justificación inocente.

Con un texto de Martin McDonagh, Miguel Septién dirige una puesta en escena de ágil y profunda interpretación donde cada diálogo toma relevancia en el conjunto final, la dirección se enfoca en resaltar las emociones de los actores y cómo estas convierten el escenario en un pingpong que no falla los tiros en una réplica de diálogos certeros y que por más cortos que estos sean, cuentan una gran historia que dota de contenido el guion.

The Pillowman explora las historias y cómo estas son percibidas por el lector, así como su interpretación y posterior acción, la narrativa hace énfasis en la analogía del alcance de los relatos y la salud mental de su lector, donde tiene gran importancia la neutralidad de un semblante y cómo puede apropiarse del contenido, la manera de ejercer el poder y su influencia en la sociedad y la fraternidad del ser, aquel núcleo en donde aún el más duro tiene un trasfondo y una manera de entenderse en el mundo.

Un texto universal como lo es Pillowman, tiene libertades como situar su historia en épocas y contextos así como variar en su protagonista, donde ya hemos visto a Pierre Louis y Regina Blandón, quienes se apropian de Katurian completamente y dando sus propios matices, permitiendo en esta temporada con Blandón tener una versión con gran sensibilidad y escrutinio en la manera de llevar la historia, brindando mayor panorama al juicio mismo del espectador que funge también como un juez en la obra, donde se cuenta el interrogatorio a una escritora con cuentos en su haber que son directamente similares a algunos asesinatos que se han suscitado en el lugar.

Como nueva adición al reparto, Montserrat Marañón alterna el papel de Ariel, implacable policía al que añade frescura y una nueva manera de enfrentarse a su misión en el camino, dando poder interpretativo a la crítica social que le es permitida, exposición inteligente y muy sutil de cómo funciona un sistema y cómo corrompe a la gente para, de igual manera, interpretarlo y externarlo como una verdad absoluta al ejercer su poder y acciones.

Pablo Perroni en su papel de Tupolski da fuerza y presencia a este ente de autoridad que mueve todo desde su posición, y que tiene su propia vulnerabilidad y punto de entendimiento y procedencia.

Alfonso Borbolla deleita con su interpretación de Míkal, manteniendo un perfil enajenado en todo momento, una personalidad arraigada por la más pura inocencia del ser y las secuelas del accionar de terceros, trastornos sin deber y tocando fibras a la par de un texto que no se mide en exponer su contenido y que aprovecha a cada actor, también a Alicia Paola, Adrián Pola y Catalina Zavala Richard que en gran y brillante sincronía acompañan el relato tan fría y minuciosamente.

El Foro Lucerna abre sus puertas para dar casa y escenario a esta obra, que con tan sólo pequeños aditamentos y movimientos de utilería dibujan todos los espacios, a manera de compendio se conjuga un guion para presentar diferentes cuentos con una orgánica representación y calculada comparativa de la realidad en este contexto actual en el que es contado, en el que cada cuento representa una interpretación diferente y logra la identificación con el espectador, a modo de dudar del propio juicio y lo que cada quien concibe desde su perspectiva.

The Pillowman es una obra que nadie querrá perderse, ya que representa el verdadero sentido de la humanidad y cómo se trastoca según su contexto social y los personajes del entorno más cercano. Se presenta los días viernes 20:30, sábados 19:30 y domingos 18:00h así que no te pierdas esta obra.

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Por Gualberto Ortiz para Boy4ME



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