¿Estás sufriendo de Síndrome del pene pequeño?
Hace unos días te ayudamos a saber si la masturbación se ha convertido en un problema en tu vida, y ahora, hemos decidido adentrarnos en otro tema que aqueja a muchos hombres y que, tal vez, no saben lo serio que puede llegar a ser.
Estudios sobre el tamaño promedio del pene hay muchos, y todos manejan cifras muy parecidas, sin embargo, el porno y la insistencia de la sociedad en validar la masculinidad por el tamaño del pene, han hecho que los hombres que se creen (o no son) muy “suertudos” en el tamaño de su sistema reproductor – incluso quienes tienen penes arriba del promedio -, experimenten el denominado Síndrome del pene pequeño.
¿Cuántas veces no hemos escuchado la frase “pito chico” como un insulto? Este tipo de conductas contribuyen a seguir alimentando la idea de que un hombre es “menos hombre” si no tiene un gran miembro viril o que simplemente jamás va a tener suerte en el amor pues todas o todos los que se atrevan a meterse con él en la cama, terminarán huyendo o insatisfechos.
¿Cómo saber si sufres estamos sufriendo de Síndrome del pene pequeño? De acuerdo al Aroostook Mental Health Center, estas son las características que presentan quienes lo sufren:
- Los hombres con Síndrome de pene pequeño tienen la fuerte convicción de que el tamaño de su miembro es demasiado pequeño, incluso después de medirlo y compararlo con investigaciones probadas.
- Estos hombres ven al sexo femenino (o a su mismo sexo, si son homosexuales) como una especie superior, y le dan una categoría de Dios. Ven a sus potenciales parejas sexuales o sentimentales como seres demandantes e interesados solo en el tamaño de su pene. Piensan que, si no tienen un pene grande, los dejarán y si no los han dejado, es porque seguro sienten lástima por ellos.
- Han tenido pocos encuentros sexuales debido a que creen que fracasarán en el momento del coito. Y al pensar en éste, sienten una gran responsabilidad de satisfacer a la otra persona sin poner atención en sus propias necesidades sexuales.
- Muestran ansiedad y depresión derivada del tema. Sienten que sus vidas no valen nada, pues toda gira en torno al tamaño y la validación que le dan a su pene. En ocasiones, se sienten tan miserables que desearían morir.
- Estos hombres invalidan todo tipo de información documentada y solo toman por verídica aquella que valida su premisa: tener el pene pequeño, aunque no esté sustentada.
- Los especialistas aseguran que sufren de algo denominado “narcisismo a la inversa”. Con el narcisismo, la persona se idealiza a sí misma, viendo de manera exagerada sus virtudes, talentos, inteligencia, belleza y sexualidad. En la versión invertida, la persona se ve como meramente un objeto – en este caso el pene – para ser explotado por otros.
- Trastorno dismórfico corporal. Quienes sufren de Síndrome del pene pequeño, también podrían presentar este trastorno, el cual consiste en percibir partes del cuerpo más grandes o más pequeñas (en este caso) de lo que son. Normalmente este trastorno se observa en la anorexia o bulimia, pero los especialistas señalan que en estos casos también podría presentarse.
- Buscan con desesperación soluciones milagro como ejercicios, pastillas y hasta métodos invasivos de alargamiento.
- Por último, estos hombres pueden estar muy enojados consigo mismos, con el mundo y con la vida, intentando buscar culpables sobre su “problema”.
¿Cómo ayudar o pedir ayudar ante esta situación?
La mejor manera de sobrellevar esta situación y poder salir de ella es acudiendo a terapia. Una terapia cognitiva hecha por un especialista (puede ser un psicólogo o sexólogo) es la respuesta ante esta situación. Con ayuda profesional, el hombre logrará entender que no tiene el pene pequeño o que, aunque lo tenga, esta no es una condicional para su éxito en la vida, ni para que los demás encuentren un valor en él o logre satisfacer sus necesidades sexuales.
Bajo ningún motivo es conveniente someterse a procedimientos invasivos para agrandar el pene, pues la mayoría de ellos son falacias construidas a partir de esta necesidad que sienten millones de hombres en el mundo, y que pueden poner en riesgo la salud e integridad de quien las pone a prueba.
La respuesta está en acudir con profesionales en salud mental, y empezar un cambio paulatino en la forma de pensar.
FUENTE: GQ