Suazilandia celebra su primera marcha gay





"Convierte el odio en amor". Con este lema, el pasado 30 de junio centenares de personas se atrevieron a tomar las calles de Suazilandia en medio de un ambiente festivo para celebrar la primera marcha del Orgullo LGTBI del país, que es la última monarquía absoluta de África y en el que las relaciones sexuales entre hombres son todavía un delito.

"La comunidad y sus aliados han pintado las calles del país del arcoíris con una marcha preciosa y colorida que ha explotado de alegría", aseguró Matt Beard, director de la ONG internacional en defensa de los derechos del colectivo All Out tras el fin de la manifestación.

relaciones sexuales entre hombres son todavía un delito.

"La comunidad y sus aliados han pintado las calles del país del arcoíris con una marcha preciosa y colorida que ha explotado de alegría", aseguró Matt Beard, director de la ONG internacional en defensa de los derechos del colectivo All Out tras el fin de la manifestación.

La marcha transcurrió con alegría, festividad, cánticos, bailes y de forma pacífica, y contó con la asistencia de unas 500 personas, según la organización, que fue la encargada de organizar este acto reivindicativo gracias a una campaña de recogida de fondos a través de internet.

Durante el evento, diversas organizaciones sanitarias aprovecharon para repartir preservativos e información sobre el VIH y las pruebas de detección, ya que Suazilandia es un país donde una de cada cinco personas está infectada por el virus del sida, según datos de ONUSIDA. No obstante, el país ha logrado reducir en los últimos años la incidencia de la enfermedad: en el 2011 se registraron unos 12.000 nuevos infectados por VIH, mientras que en 2016 fueron 8.800.

¿Un delito a medias?

Suazilandia, recientemente renombrada por su monarca como Reino de Eswatini, es un pequeño país africano de menos de 1,3 millones de habitantes donde las relaciones sexuales entre hombres no son un delito per se, pero sí por derecho consuetudinario, de modo que aunque que no están explícitamente prohibidas, hay condenas a hombres homosexuales por sodomía. "Espero que después de hoy cambien mentalidades", aseguró uno de los organizadores y portavoz de la organización local Rock of Hope durante la marcha al canal sudafricano SABC.

Para las relaciones sexuales entre mujeres, sin embargo, la normativa no es clara, así como para la transexualidad, que no está prohibida explícitamente, pero tampoco cuenta con regulación que permita el cambio legal o médico de sexo.

Decenas de personas marchan por las calles de Suazilandia en la primera marcha del orgullo LGTB del país.

A la marcha han acudido personas como Lindokuhle Mthupha, una joven que se define "entusiasta" y "feminista". "Muchos de mis amigos y familiares forman parte de la comunidad LGTBI y siento que tengo que devolverles un poco y mostrarles mi apoyo", aseveró.

Las redes sociales, tanto en Suazilandia (o Eswatini) como en otros países, han recogido numerosas muestras de apoyo a la marcha, que irrumpió en un país conservador que sigue siendo uno de los menos desarrollados de África (se halla en el puesto 148 de los 188 países recogidos en el último Índice de Desarrollo Humano de la ONU). "Se está haciendo historia"; "Es un gran día para estar viva"; "Como gay participo en este hito histórico para celebrar la diversidad y cambiar el odio por amor", son algunas de las frases que se compartieron durante la jornada en Twitter.

Las relaciones entre personas homosexuales solo están permitidas en 21 países de África subsahariana, entre ellos Sudáfrica, República Democrática del Congo (RDC), Chad, Ruanda o Costa de Marfil, ya sea porque se haya despenalizado o porque haya una situación de alegalidad.

En el resto de países subsaharianos, los "delitos contra natura", que es como se suelen denominar las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo, conllevan penas de prisión que van desde la cadena perpetua en Uganda o Tanzania hasta los 25 años de prisión en Ghana, pasando por los seis meses a tres años en otros países como Guinea, Somalia, Burundi. Incluso conllevan la pena de muerte por lapidación para hombres en Mauritania (tres meses a dos años de cárcel para mujeres) o castigos físicos como latigazos en Sudán o trabajos forzados en Mauricio.

FUENTE: El Pais




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