Es un pensamiento generalizado entre las comunidades gays de Norteamérica que, debido a la poca influencia del cristianismo o del Islam en el país, China es un sitio mejor para asentarse, si se le compara con Estados Unidos o Medio Oriente.
En lo que se considera la clásica cultura china, es decir hasta comienzos del siglo XX, ser gay no era un tabú. Podía ser visto como una especie de adicción o un estilo de vida decadente, pero no había elementos morales que calificaran a quienes lo practicaban. De hecho, ha habido momentos en la Historia antigua del coloso asiático en los que estaba de moda ser homosexual y, dentro de la nobleza, un elemento de orgullo llegó a ser el contar con una pareja gay si esta era visiblemente hermosa. Salvo en lo anterior, las diferencias éticas o morales con occidente no han sido significativas.
En la China contemporánea las personas consideradas mayores -es decir mayores de 40 años!- aún se oponen o execran incluso la homosexualidad y,en muchos casos, han sido educados por su padres para odiar a quienes la practican abiertamente. Los más jóvenes, por regla general, o son indiferentes o simplemente la aceptan sin cuestionamientos.
Otro cantar se escucha dentro de los parámetros de lo legal en China, en contravía franca de la tendencia mundial de apertura y otorgamiento de derechos a la comunidad LGBT.
Al establecerse la República Popular China en 1949 el Partido comunista declaró a la homosexualidad como un símbolo de la decadencia burguesa hasta que en 1997 el gobierno abolió la ley Hooligan lo que equivalió a su descriminalización. Durante los años de poder de Mao el tema no se debatía abiertamente por la condición de patología que le era inherente, visto el tema a través de los ojos de los líderes comunistas.
Ya desde 1980 se adoptó en el V Congreso del Pueblo la Ley de Matrimonio que lo define como la unión entre un hombre y una mujer. Cualquier otro tipo de relación simplemente no calificaba como matrimonio y no podía gozar de los mismos derechos. En la práctica, el tema generaba silencio o ambivalencias y solo fue en 2001 que la Sociedad de Psiquiatría del país llegó a desclasificar a la práctica del sexo entre personas de un mismo género como un desorden mental.
El tema aún sigue siendo soterrado y no pareciera que se va a convertir en un asunto de abierta consideración en breve, aunque ya no sea un tabú airearlo con comodidad socialmente. A inicios de este año, una protesta de cientos de gays en contra del rechazo oficial a legalizar una unión entre homosexuales, no logró conseguir su propósito. Así pues la creencia de que el rechazo a la homosexualidad en China es leve puede ser engañoso. El sexo entre personas de un mismo género no es ilegal desde 1989 y eso es ya una enorme ganancia en una sociedad pacata como la china.
Más allá de ello, ningún derecho asiste a las parejas de un mismo sexo a la hora de su vida en comunidad – este mismo año 2016 les fue negada la posibilidad de adoptar hijos- pero además, aún persiste un sentimiento más o menos generalizado de considerar a la homosexualidad una “atipicidad”.
FUENTE: El Nacional