Una introducción al sexo tántrico, planteando las diferencias con la sexualidad occidental, y algunas técnicas básicas para demorar la eyaculación e intensificar el placer sexual.
Tantra procede de dos antiguas palabras del sánscrito cuyo significado es expansión y liberación. Es una forma de enseñanza budista e hindú que considera el sexo como una forma de expansión y exploración de la espiritualidad. En el tantra se utilizan todos y cada uno de los cinco sentidos hasta el límite, siendo bueno todo aquello que te produzca placer a ti y a tu pareja. La idea es que implicando todo vuestro ser en una unión sexual sin culpas, el placer se transforma en dicha e inyecta energía a toda vuestra vida, comportando resplandor y curación. La energía sexual, como puede confirmar mucha gente, posee el poder de transformar tu vida, hacerte feliz y aportarte seguridad y autoestima.
El tantra es la filosofía de la plenitud y la unidad en la que se aconseja al hombre explorar su lado femenino y a la mujer sus cualidades masculinas. Allí se recomienda a los dos componentes de cualquier pareja mantenerse físicamente en forma y sanos, y meditar juntos.
En la cultura occidental orientada hacia los logros, el orgasmo está considerado como el objetivo del sexo, especialmente en el caso de los hombres. En el tantra, la satisfacción y el orgasmo son muy importantes, pero deben demorarse para prolongar la dicha.
El viaje es todo y, una vez alcanzada la meta, el viaje ha finalizado. El hombre queda agotado tras la eyaculación, por lo que los practicantes del tantra aprenden a llegar al orgasmo sin eyacular. Los hombres que practican el sexo tántrico pueden tener múltiples orgasmos, al igual que orgasmos en todo el cuerpo, como las mujeres.
BREVE GUÍA PARA EMPEZAR A PRACTICAR EL SEXO TÁNTRICO
Respiración. Hacer ejercicios juntos para iniciar y relajarse. ¿Cuántas veces la relajación es el mismo orgasmo, cuando en realidad puede ser el preámbulo y se disfrutaría así desde el inicio con intensidad? Sentaros frente a frente y respirar de forma pausada y sincronizada. Cuando tú exhales, él inhalará. Cierra los ojos y siente cómo la energía va recorriendo tu cuerpo. Concéntrate en la meditación y en la respiración.
Caricias. Frotate las manos con alguno de los aceites o bálsamos que más os gusten y masajea a tu pareja con movimientos lentos, suaves con la yema de los dedos. Explora todo su cuerpo. Acariciaos durante un largo tiempo, descansar, y vuelver nuevamente. Son muy útiles y deliciosas también las plumas (que puedes encontrar en cualquier sex shop) para recorrer el cuerpo de tu pareja. Recuerda que no hay prisa.
Besos. Recostados o sentados, miraos a los ojos y daos un gran beso. Descubrir nuevas sensaciones en el beso. Recorre con los labios la piel de tu chico. Se puede tocar los genitales con los labios, sólo besar…¡¡sin prisa!
Penetración. Descansad, respirad lentamente y aunque estéis sumamente excitados, hacedlo todo de forma lenta, esto volverá más delicioso el momento del éxtasis. La primera penetración debe ser estática. El pene deberá quedarse inmóvil dentro del ano, mientras la pareja continúa acariciándose, besándose y sintiéndose de manera suave. El ano estará relajado, pero vibrante y cada vez más caliente, mientras que el pene deberá estar en esta misma sensación. Penetra, jugad y descansad. Lo ideal, según los Tantristas, es que este paso dure al menos media hora. ¿Imposible? No. Se puede. ¡Inténtalo!
Eyaculación contenida. Claro que tu primer deseo, después de estar sumamente excitado, será eyacular y buscar el orgasmo de inmediato. Aquí es donde debes aprender a controlar tu erección y evitar ante todo la eyaculación. Si esto pasa vuelve a la respiración y a las caricias suaves. Controla tu energía, no que ella te controle a ti. En todo caso tú o él pueden apretar con dos dedos la zona del perineo, que queda entre el escroto y el ano, para evitar la eyaculación.
Clímax. El clímax no viene justamente en la eyaculación, sino que se alcanza alrededor de dos, tres o hasta cuatro horas después de muchísimas caricias y besos tántricos. Estarás cansado en algunas ocasiones, pero el placer delicioso y sutil te aseguro que no te dejará dormir y querrás más y más. Ya que ambos estéis en total excitación y se hayan dejado llevar por toda cantidad de sensaciones, podrán llegar al coito, lenta y suavemente, hasta que se produzca el orgasmo y éste los llene de energía sanadora por todo el cuerpo y no sólo en los genitales.
¿COMO CONTROLAR LA EYACULACIÓN?
Controlar la eyaculación no es fácil, pero no imposible. Se dice que si la respiración para, el semen también lo hace, así que cuando creas que estás por eyacular, detén la respiración por algunos segundos y respira lentamente de nuevo. Será difícil al principio pero para nada imposible.
Al principio de la práctica del sexo tántrico, el activo es quien debe controlar los movimientos, así le será más fácil parar cuando él lo crea necesario.
Lo mejor es la penetración estática, un tiempo en el que la quietud y la energía sexual os lleve a lugares hasta el momento desconocidos.
Presiona la zona del perineo (entre los testículos y el ano) para detener la salida del semen y seguir disfrutando. En el sexo tántrico se prevé que esta práctica se haga al menos seis veces. Si crees que vas en la segunda y no puedes más, no te preocupes, estás iniciando y tampoco debes presionarte. Poco a poco tendrás más control sobre tu cuerpo, sensaciones y energía.
Si el momento ha llegado y ya no puedes parar entonces disfrútalo no tú solo, sino junto con tu compañero y siente cómo tu energía se funde en él y la de él llega a ti. Ese es uno de los objetivos básicos del sexo tántrico.
FUENTE: GB