Fue una sorpresa a medias: de entre las 20 candidatas que la semana pasada se concentraron en el resort Village Pierre Vacances Bonavista de Bonmont, en Mont-roig del Camp (Tarragona), ella ya partía con la ventaja de haber sido Miss Cádiz. Si el certamen Miss Mundo le cerró sus puertas, Miss Universo las abrió hace cinco ediciones y ahora, por primera vez en su historia, una mujer transexual representará a un país en la final internacional. Sevillana y de 27 años, estuvimos junto a Ángela Ponce y las demás candidatas en Tarragona. Esta es su historia.
Aun siendo de un pequeño pueblo sevillano, en los 90, con mucha menos información y cuando solo se conocía sobre la transexualidad el mundo de la noche, mis padres siempre tuvieron claro que fuese lo que fuese, yo sería feliz”
¿Por qué te decidiste a entrar en este concurso?
Entré en este concurso porque es algo que desde pequeñita me ha gustado la moda y las pasarelas, y las misses son todo eso, más un mensaje que llevar al mundo. Yo he tenido una historia de vida diferente: era distinta al resto del mundo y me he hecho a mí misma. Tu identidad como persona no la eliges. Viene en tu ADN. Por eso digo que me he hecho a mí misma. En mi familia siempre hubo mucho amor, los juguetes no tenían sexo; solo teníamos que ser felices. Ese apoyo ha conseguido que yo pudiese ir subiendo escalones, así, he subido una escalera mucho más alta de lo que de pequeña me proponía.
Desde luego, has superado muchísimas dificultades para llegar hasta aquí.
La primera, nacer. La naturaleza me hizo libre, como al resto del mundo, el problema es que me crié en un pueblo donde no tenía un referente, alguien a quien mirar y decir ‘soy como ella’. Vas creciendo y tu personalidad comienza a aflorar. Ahí me di cuenta de mi diferencia.
Imagino que tu etapa en el colegio no fue fácil.
El colegio es complicado para casi todo el mundo y cuando yo era pequeña no existía educación para la diversidad; los que eran diversos se consideraba que restábamos en lugar de sumar y nos hacían sentir aún más ese rechazo. He vivido momentos muy duros pero afortunadamente siempre he tenido una personalidad fuerte. Si se reían porque ponía una diadema, mañana me ponía una corona, sin importarme lo que dijese la gente. Esa es la leña de la que me he alimentado toda la vida.
Decías que en casa recibiste mucho amor.
Tuve mucha suerte. La familia es la base sobre la que se dirige la vida de una persona. Aun siendo de un pequeño pueblo sevillano cerca de Huelva , en los 90, con mucha menos información y cuando solo se conocía sobre la transexualidad el mundo de la noche, mis padres siempre tuvieron claro que fuese lo que fuese, yo sería feliz. Y si mi madre me compraba una muñeca, mi padre orgulloso, yo jugaba y cuando alguien miraba, me decían ‘No, no, tú no la sueltes. Sigue jugando’.
Siempre me he tomado la vida como un ensayo hasta el día en que me operase. Me sentí completa, llena. Fue el día más feliz de mi vida”
ÁNGELA PONCE
Miss Universe Spain
En 2015 ganó Miss Cádiz pero Miss Mundo no contempla la participación de mujeres transexuales. (LVD)
¿Recuerdas el día o el momento en que estuviste segura de que eras una mujer?
No fue un día concreto en que supe quién era, fue paulatino. Mamá, quiero tener el pelo más larguito, no me gusta este tipo de ropa, estos zapatos… Fue poco a poco. Con 16 años me decidí a hablar con mi madre pero ella siempre supo que yo era una mujer. En mi día a día siempre me había comportado como una niña.
¿Qué te supuso culminar el cambio físico completo?
Comencé a madurar. Siempre me he tomado la vida como un ensayo hasta el día en que me operase. Me sentí completa, llena. Fue el día más feliz de mi vida. Se me fueron los complejos: antes me maquillaba muchísimo para compensar esa desigualdad, cuando antes me miraba alguien pensaba si se me notaría algo. Luego, piensas que te miran porque eres guapa o les gusta cómo caminas… De pequeños nos preguntaban qué quieres ser de mayor y si uno decía médico y el otro, astronauta yo decía ‘mujer’. Tanto como lo era por dentro. Cuando el doctor me dijo: “Ángela, abre los ojos, ya estás operada”, solo quería ver a mis padres.
Si en tu empresa tienes un cartel que dice ‘No se admiten perros’ deberías poner otro que diga ‘No se admiten trans’: si yo no puedo desfilar con tu ropa, ¿por qué puedo comprarla?”
ÁNGELA PONCE
Miss Universe Spain
Es de Pilas, un pequeño pueblo de Sevilla tocando casi con Huelva. (LVD)
¿Cómo fue tu llegada a Madrid?
Yo siempre he sido muy familiar: de mis padres, mis amigas, mi abuela, mi perro y mi entorno pero no dejaba de vivir en un pueblo muy pequeño. Desde hace tres años vivo en Madrid y al principio fue muy cuesta arriba; yo estaba acostumbrada a tener a mi abuela en la calle de detrás, a mi padre trabajando dos calles más arriba y de repente estaba sola. Con el tiempo le fui cogiendo el truco y hoy me encanta. Y estar sola me está haciendo crecer y madurar.
Ganar este concurso te va a abrir muchas puertas que hasta ahora has tenido que franquear tú sola. ¿Cómo comenzaste a trabajar?
En 2015 me presenté a Miss Mundo Cádiz. Y gané. Fui la primera mujer trans en coronarse. Pero me di con la realidad de que en Miss Mundo no podían participar las chicas trans. Mi caso tuvo repercusión y comencé a trabajar como modelo y activista en la fundación Daniela, que ofrece ayuda a menores transexuales y formación en los colegios. Entrar en la moda me fue fácil, pues venía de un concurso y todo el mundo me conocía, pero no todo era tan bonito: eres un icono y te hacen la ola pero muchas empresas y diseñadores rechazan trabajar conmigo. Y algunas que sí querían al ver el book, lo han declinado al saber que era una chica trans.
Una discriminación evidente.
Es curioso: si en tu empresa tienes un cartel que dice ‘No se admiten perros’ deberías poner otro que diga ‘No se admiten trans’: si yo no puedo desfilar con tu ropa, ¿por qué puedo comprarla? Ser la primera está muy bien, también lo fui en debutar en la Mercedes Benz Fashion Week, mucho aplauso y mucha gloria, pero luego te llevas unos portazos en la cara que te hacen sangre. Esas son noches en las que lloras y he echado de menos a mi familia y amigas muchas veces, pero así es la vida y esto es crecer. Me he hecho fuerte. Soy intensa, ¿eh? Cuando estoy triste, soy la más desgraciada del mundo pero cuando con la MBFW de Madrid me vi en el Telediario, mi casa era una jaula, imagínate la alegría. Nunca he sido de gris.
¿Qué futuro prevés?
Ganar Miss Universe Spain me supone el honor de representar a mi país y ser Miss Universo pero también la de ondear otra bandera, la de un colectivo internacional. Poder ser la voz de ellos y ellas es un halago. Quería ganar por todas esas personas que cruzaron los dedos para que lo hiciese. Espero crecer como profesional y me gustaría trabajar en televisión una vez acabe mi reinado.
Me gustaría terminar con un mensaje a las personas transexuales que nos lean.
Tenemos una sola vida y no tenemos que dejar de ser nosotras mismas para que otra persona esté conforme. ¿Él o ella dejarían de ser quien son por mí? Es muy triste comenzar a vivir con 40 años y darte cuenta de que se te ha ido la vida entera por no desagradar a otros. El tránsito no es tanto el tuyo como el que hace la persona que está a tu lado: son ellos los que no están preparados para que un niño de cinco años les diga ‘Mamá, soy trans’. Hay personas que tardarán en aceptarte una semana, un mes o un año pero tú tienes que ser feliz. Que luchen y no se rindan. Por sus estudios y por su identidad, porque al final, se puede.
Ángela, en un momento del desfile sobre la pasarela de Miss Universe Spain. (LVD)
FUENTE: La Vanguardia
