1 Ya sabes lo que te gusta, y lo más importante, lo que no te gusta.

2 Es probable que tengas una mejor relación con tu cuerpo.

3 Y que ya hayas demostrado el potencial que tiene.

4 Ya has descubierto la diferencia entre lo que se ve en las películas y lo que puedes esperar en la vida real.

5 Tienes expectativas más realistas, que no es lo mismo que bajas expectativas.

6 Tienes menos miedo de decirle a tu pareja lo que quieres y hablar abiertamente sobre sexo.

7 Sabes que el aspecto de tu cuerpo no tiene nada que ver con el placer que puede sentir.

8 Estás más dispuesto a probar cosas que te daban miedo o te avergonzaban.

9 Sabes a qué hora del día prefieres tener sexo.

10 Sabes que para crear una atmósfera no es necesario usar ropa interior exótica.

11 Luces apagadas, luces encendidas, luces tenues: cada detalle tiene su propia importancia muy singular.

12 Sabes cómo disfrutar más del juego previo.

13 Sabes que los fundamentos, bien realizados, pueden ser mejor que muchos fuegos artificiales.

14 Dejas de comparar tu vida sexual con la de los demás (o con la que dicen que tienen).

15 También te preocupa menos lo que la gente piense.

16 Y sabes que el sexo no tiene que ser tomado tan en serio.