La gordofobia en el mundo gay se está extendiendo y muestra la incoherencia de algunos homosexuales, esos homosexuales que odian a los demás y que en el fondo también se odian a sí mismos. Son los que ponen el grito en el cielo con todos los casos de homofobia, como debe ser, pero por otro lado muestran su racismo al indicar que no quieren asiáticos en Grindr y que tampoco quieren gordos o gente que no se cuide. La superficialidad y la obsesión por la belleza, los músculos y la eterna juventud del mundo gay tiene que terminar. Tenemos que defender los derechos de los homosexuales, no solo de los gays blancos, guapos, musculosos y depilados.
La discriminación a gordos gay es una realidad que hemos vivido muchas veces en las redes sociales. Y en los últimos meses se ha popularizado una horrorosa moda entre los gays obsesionados con el gimnasio y su físico: publicar fotos sin camiseta en las que marcan unos abdominales de impresión y decir que están "gordos". ¿Para qué? El objetivo será que la gente les alabe y les haga la pelota, pero cada vez más lo que reciben son insultos por hacer el ridículo. Respetemos a todo el mundo y respetémonos a nosotros mismo.