La clave está en cuánto ejercicio haces, independientemente de tu peso.

La investigación apoya cada vez más lo que ya sabes: el ejercicio es la herramienta saludable más poderosa que tienes en tu lucha contra la vejez y la enfermedad. Los últimos hallazgos, de un estudio, publicado en European Journal of Preventive Cardiology, muestran que básicamente no ejercitarse es tan malo como ser obeso.

Los investigadores de los Países Bajos pasaron 15 años estudiando la talla, el peso, los hábitos de ejercicio, el índice de masa corporal y la tasa de enfermedad cardíaca y accidentes cerebrovasculares de 5 mil 344 personas de mediana edad en Rotterdam (los participantes se dividieron en tres categorías de peso: peso normal, sobrepeso y obesidad ) y encontró que el sobrepeso u obesidad estaba vinculado a una mayor tasa de enfermedad cardíaca y accidentes cerebrovasculares. No es sorprendente. Lo que fue sorprendente para los investigadores fue que los participantes con sobrepeso u obesidad que se ejercitaban regularmente tenían tasas similares de enfermedades cardíacas a las de los participantes de peso normal.

En otras palabras, no tiene tanto que ver tu peso, sino de cuánto ejercicio haces. Una advertencia: los investigadores fueron rápidos en agregar que incluso los que hicieron poco ejercicio, reportaron hacer al menos dos horas de ejercicio moderado por día. Para la mayoría, eso es mucho ejercicio, pero muchos de los participantes informaron caminar o andar en bicicleta para trabajar o para hacer encargos mandados. Por lo tanto, es difícil generalizar estos resultados a las poblaciones fuera de Rotterdam.

Esto tampoco significa que la obesidad deja de ser un factor de riesgo de padecer enfermedades cardíacas; sin embargo, el estudio sugiere que:

a) los beneficios del ejercicio podrían superar algunos de los peligros de la obesidad

b) nunca es demasiado tarde para empezar a beneficiarse de hacer ejercicio