Y Miguel Ángel Silvestre lo sabe bien. Bueno, siendo sinceros lo ha ido descubriendo mientras rodaba porque durante las dos primeras semanas de rodaje, en sus propias palabras, “Si me hubieran dado la opción de salir corriendo en dirección contraria lo habría hecho”. Menos mal que en poco tiempo consiguió entrar en el mood logrando superar con nota, desde luego, una de sus interpretaciones más complejas y surrealistas. ¿Qué quieres chico? Esto es Álex de la Iglesia en estado puro.
La cuestión es que, superadas esas dos semanas de shock – el mismo que tendrás tú cuando veas el primer capítulo – Miguel Ángel ha llegado a adorar a Álex de la Iglesia y esa movida surrealista de dimensiones estratosféricas que tiene dentro la cabeza. “Una película dentro de la película”, así describe este rodaje en el que se mete en la piel de un alcalde de pueblo rollo nerd que al quitarse la camiseta podría ser fichado por Marvel.
Qué bien hablar contigo de nuevo. Hacía tiempo que no coincidíamos.
Pues sí, bastante. Feliz de estar aquí, un placer.
He podido ver el primer capítulo de 30 monedas y tengo que decirte que me ha dejado shockeado. ¡Qué ida de olla más genial!
Es una pasada. No sabes lo que me gustó ver el capítulo y lo que flipé en el rodaje. Tengo que decir que las dos primeras semanas contaba los días. Si me hubieran dado la opción de salir corriendo en dirección contraria lo habría hecho. Te lo juro. El nivel de intensidad y de exigencia que puede llegar a tener Álex de la Iglesia es un código en sí mismo. Encima yo que no pregunté a nadie… Como actor español cuando Álex de la Iglesia te ofrece un personaje ni te lees el guion, aceptas y punto. Es uno de nuestros directores con mayúsculas y me sentí muy orgulloso cuando me lo propuso.
Pero cuando empecé, en esas dos primeras semanas, dije “En qué momento. Ojalá pudiera tirar para atrás”. Y en el momento que entendí el viaje se ha convertido en uno de los rodajes más divertidos que he tenido hasta el momento y adoro a Álex de la Iglesia en todo su esplendor. Es intenso, divertido y muy creativo. Lo único que hay que hacer es entender la película que sucede mientras se rueda, porque es otra movida dentro de la película y tienes que entrar en ese universo. Es alucinante.
Supongo que meterse en el universo que tiene ese hombre en la cabeza, entenderlo y conectar no debe ser fácil.
Tal cual. Me pasó los guiones, me fliparon, y empecé a trabajar el personaje en el rollo costumbrista de Álex, que es tan peculiar. Esos personajes de la España profunda con los que haces encaje de bolillos para poder entenderlos. Un mes antes del rodaje le decía: “Tenemos que quedar para ensayar”. Y él en plan: “Vale, vale. Buscamos un hueco”. Otra semana más y yo: “Oye, vamos a pasar escenas un momentito para verlas juntos”. Y él: “Si, si. Buscamos un hueco”. Otra semana más: “Álex, tío, estamos a dos semanas de empezar a rodar y me gustaría enseñarte lo que estoy preparando”. Y él “Tranquilo, lo organizamos”. Última semana y ya: “Álex, por el amor de Dios….”. Y él “Si, esta semana sin falta. Relájate pocholín que lo vas a hacer muy bien el día del rodaje”. Primer día de rodaje, primera toma: “¿Qué haces Miguel Ángel?” “¿Cómo que qué hago? ¡Pues el personaje tío! Si llevo un mes pidiéndote cita para ensayar”. “Bueno, pues esto que estás haciendo no, por otro lado”.
Pues chico, al final el rodaje han sido dos tomas. La primera, la que yo había preparado, y otra con todo lo contrario. Así ha sido (risas). Creo que él, in situ y con todo el caos del rodaje, es cuando toma decisiones y lo hace muy bien. Desde el primer día me daba largas sabiendo que nunca se iba a reunir conmigo para ensayar porque a él no le mola eso. Le mola en el momento.
Eso como actor es una tensión brutal
Bueno, confías, te dejas llevar y ya. Pero para mí el tema de hacer dos personajes tan diferentes y polares ha sido intenso.
¿Cómo se te quedó el cuerpo cuando empezaste a ver esa mezcla entre La comunidad, El código Da Vinci, Stranger Things,…? Es un cóctel muy loco.
Bueno, con mucha admiración a un universo creativo muy peculiar de un tipo que solo hay que entrar en su casa para ver lo lejano que es del de muchos, entre los que me incluyo. La fantasía, el terror, los cómics, el gore, la violencia embellecida,… Es un nivel de imaginación que produce admiración. A veces dibujaba el plano mientras el director de fotografía, Pablo Rosso, iba iluminando. Y tomaba decisiones dibujando. “Pon ahí unas flores”, “Falta algo ahí para dar más profundidad”,…
Una visión muy clara desde luego
Brutal. Recuerdo cuando estábamos los actores en la primera lectura de guión y el tío decir “Vamos a pasar de la lectura de guion, os quiero enseñar esto”. Y nos sacaba todos los monstruos que había dibujado, el universo que había creado… Y todos flipando. Ahí te das cuenta de la dimensión de la movida.
Es entrar en la cabeza de un genio muy friki
Total. Y creo que uno de los dones que tiene la serie es que transita una realidad que vivimos todos y que podrías ver en un programa como el de Iker Jiménez, no algo lejano de lo real, mezclado con un rollo fábula muy peculiar. Ahí es donde creo que destaca y lo que va a hacer disfrutar más al espectador. Funciona muy bien el suspense, toda la trama de las treinta monedas, la acción, los personajes… Es simplemente brutal.
Es una ficción que adoras o detestas, no creo que haya termino medio con Álex de la Iglesia.
Si, total.
Tu personaje me ha llamado la atención por el contraste tan fuerte que hay. Es rollo nerd, con sus gafitas y el rollo de tontito, y por otro lado, físicamente, sobra decir que impacta. De hecho no esperaba escenas sin camiseta. Sinceramente, choca que un tío así esté tan cachas.
Álex quería jugar con este contraste. Sobre todo con el personaje de mi mujer, Macarena Gómez, y el de Megan Montaner. Quería que las mujeres tuvieran muchísima superioridad. De hecho creo que es algo que ha hecho mucho a lo largo de todos sus trabajos. Coloca a la mujer en un rol dominante y activo. Y ahí está lo guay de contrastarlo. Un tío tan grande y totalmente dominado. Al final, es un tipo al que la mujer ha colocado como alcalde, que quería ser veterinario pero está totalmente bajo el yugo. Muy tosco pero totalmente a merced de la mujer.
FUENTE: MadMenMagazine