La mayoría de las personas no consideraría que “sentarse” puede representar un riesgo para la salud. Sí estás leyendo correctamente ¡sentarse! Es una posición tan común y cómoda que es difícil de imaginar que podría haber algo malo en ello. En occidente, se tiende a hacer casi todo sentado, comer, trabajar, leer e incluso ir al baño.
Por lo tanto, vamos a partir de una breve explicación sobre cómo el cuerpo responde ante períodos prolongados de estar “sentados”.
Te diriges a la oficina para comenzar otro día de trabajo. Te sientas en tu silla ergonómica para comenzar con tu rutina. Inmediatamente tu presión arterial cae y tu metabolismo se ralentiza ligeramente. La mayoría de los músculos que se necesitan para estar de pie, caminar, saltar y completar la mayor parte de tus acciones diarias comienzan a relajarse. Tus glúteos se desactivan. Cuando estas sentado en tu silla confortablemente, tus abdominales – que actúan como los principales estabilizadores- comienzan a suavizarse.
La mayor parte del peso de tu cuerpo ahora lo soportan tus glúteos. Siglos atrás los huesos eran desafiados y forzados constantemente. Esto se debía a la aplicación repetida de la fuerza a través de las acciones de caminar, correr y estar de pie. Provocando la conducción de nutrientes en las fibras óseas, haciéndolos más fuertes. Sin embargo, hoy en día al sentarnos los huesos tienen a ser más frágiles.
Estar sentado todos los días a 90 grados, produce que los músculos flexores de la cadera se acorten. Además, esto obliga a la columna vertebral a adoptar una curvatura que no es natural. Se considera saludable estar sentando en periodos cortos de tiempo. Pero cuando es por periodos más prolongados, los músculos bajos de la espalda se involucran para ayudar a mantener la postura tan peculiar. La columna inferior se ve obligada a comprimir, la cual no fue diseñada para resistir esta situación.
Lamentablemente este es solo el comienzo. Existen muchos otros cambios sutiles que se producen cuando se está sentado durante largos períodos de tiempo. Pero ¿Cuál es el problema? Nosotros siempre escuchamos acerca de cuan adaptable es el cuerpo ¿verdad? ¿No debería la anatomía del cuerpo ajustarse? Un grupo de investigadores dice que este no es el caso.
El Dr. James Levine, Director de la Clínica Mayo – ASU Obesity Solutions, es famoso por su reciente afirmación: “Sentarse es peor que fumar”. Y resulta que no es el único que piensa esto. Muchos investigadores han encontrando la relación directa entre estar sentado durante tiempos prolongados y algunas enfermedades. Como la diabetes tipo 2, enfermedades del corazón e incluso varios tipos de cáncer.
Parece ser hora de replantear esta postura que aparentemente es natural y buscar una mejor alternativa.
Sentarse en “cuclillas” es una postura que captó la atención de aquellos que intentan prevenir o revertir enfermedades relacionadas a estar “sentando”. Esto no es ninguna novedad, de hecho en muchas culturas se ha empleado la posición de cuclillas por siglos. Si bien en occidente no es el caso ¡mejor tarde que nunca!
Sin más preámbulos, vamos a echar un vistazo acerca de lo que es sentarse en cuclillas.
Sentarse en cuclillas regularmente es la mejor manera de prevenir o incluso revertir los daños descrito anteriormente.
Anatómicamente, la posición hace que se estire la espalda baja, descomprimiendo la columna vertebral y liberando las caderas. El peso del cuerpo se distribuye de manera más uniforme en esta posición, previniendo la acumulación de estrés en algunos puntos.
Las articulaciones y los músculos ya no se someten a endurecimiento gradual. Permitiendo que el cuerpo permanezca equilibrado ¿El resultados final? El aumento de movilidad, por lo que debes considerar a esto como una inversión en tu futuro.
La postura también proporciona numerosos beneficios si la practicas mientras vas al baño. La posición en cuclillas esencialmente elimina las torceduras en el colon que suele suceder cuando se utiliza el inodoro convencional. Esto permite que el colon evacue completamente y con mucho menos esfuerzo.
Enfermedades como las hemorroides, divertículos o incluso el cáncer de colon son sólo algunas de las dolencias que se pueden prevenir si adoptas la postura de cuclillas a la hora de ir al baño.
Dependiendo de tu percepción espiritual también puedes experimentar una serie de beneficios. En la medicina china, la tensión en los músculos y tendones se cree que impide la flujo del “chi” o “fuerza vital” de todo el cuerpo. Y al eliminar esta tensión se puede liberar el flujo del “chi” y ayudar al cuerpo a regresar a un estado de salud óptimo.
También se cree que la posición de cuclillas te puede ayudar a estar más conectados con la tierra. Quienes están familiarizados con el sistema de chakra del cuerpo, sabrá que el primer centro de energía del cuerpo se encuentra en la base de la columna vertebral cerca del perineo. Conocido por su habilidad para conectarnos con el campo energético de la tierra. Se cree que si te sientas en cuclillas puedes mejorar esta transferencia de energía. ¿Y cuál es el resultado? Una gran cantidad de energía para ser utilizada por el cuerpo para la curación y la restauración.
A continuación te presentamos algunos pasos a seguir, que te ayudarán a colocarte en la posición de cuclillas ¡Y obtener el máximo provecho!
No hay nada más satisfactorio que dedicarle tiempo a tu salud, bienestar y crecimiento personal.
FUENTE: mundofitness