Menudos años nos están dando los premios de la Academia de Hollywood. Que si se equivocan con los sobres, que si instalan -y después rechazan- un premio a la película más popular, que si ahora no hay presentador… No ganamos para morbo con una gala que, aunque cada año pierde más y más adeptos, sigue teniendo al mundo del cine en vilo durante unas horas. Esas estatuillas doradas aún son las más codiciadas de la industria, por muchas polémicas que les eches encima. Tener un Oscar aún es un honor. No como ser presentador de la ceremonia, que ahora es un muerto que no saben a quien colgarle.
Después de dar un buen repaso a las nominadas a los Oscars 2019, y estudiarnos bien a fondo la temporada de premios, aquí va nuestro exhaustivo análisis de todas las nominadas a Mejor Película, que son, a fin de cuentas, las que acabarán siendo las protagonistas de la gala. De lo que no cabe duda es de que una de ellas amanecerá el 24 de febrero como la gran triunfadora.
Y aquí repasamos todas sus virtudes y flaquezas, sus triunfos y sus polémicas, sus posibilidades y sus hándicaps. ¡Hagan sus quinielas!
Black Panther: La fuerza de Wakanda
De qué va: El príncipe T’Challa (Chadwick Boseman) toma el relevo de su padre en el trono de Wakanda, pero un hermano perdido con ideas políticas muy diferentes a las suyas regresa para disputarlo. Killmonger (Michael B. Jordan) no está para bromas. Así, el conocido como Black Panther tendrá que recorrer su propio camino del héroe para encontrar las fuerzas y el orgullo para ser rey. Como El Rey León, pero a ritmo de Kendrick Lamar.
Nominaciones: 7 (Mejor Película, Mejor Banda Sonora, Mejor Diseño de Producción, Mejor Sonido, Mejor Diseño de Sonido, Mejor Diseño de Vestuario, Mejor Canción).
Lo mejor: Está haciendo historia como la primera película de superhéroes nominada al premio gordo de los Oscars, y no sólo eso: ha sido la película más taquillera del año en Estados Unidos y un auténtico fenómeno que ha abierto un debate sobre la herencia africana de la comunidad negra en el país. Más allá de los superhéroes y los supervillanos, en Black Panther se ha reflejado el orgullo de un pueblo que desde hace unos años reclama más representación racial en Hollywood. ¿Son estos condicionantes extrafílmicos razón suficiente para que gane el Oscar a Mejor Película? Cosas peores hemos visto, sin duda. Por lo pronto, la nominación tiene mucho de simbólica.
Lo peor: Por mucho que sea cierto que las películas de superhéroes hayan sido infravaloradas a lo largo de la historia de los premios (nos sigue doliendo la no-nominación a El caballero oscuro de Christopher Nolan) por ser consideradas un género menor, Black Panther no es la gran película de esta edición de los premios Oscar. Además, la Academia no tiene un gran historial premiando películas populares, y mucho menos las que vienen del Universo Cinematográfico de Marvel.
A tener en cuenta: Aunque no es la favorita, ha ido recogiendo muchas nominaciones en premios como los Critic’s Choice Awards o los del gremio de productores (PGA), y consolidó su modesto Oscar buzz cuando se llevó el premio a Mejor Reparto en los galardones del sindicato de actores (SAG Awards), que es el equivalente a Mejor Película.
Bohemian Rhapsody: El fenómeno taquillero a ritmo de Queen
De qué va: Biopic de Freddie Mercury (Rami Malek), icónico cantante y líder de la banda británica Queen. La película cuenta su historia desde la formación de la banda hasta el famoso concierto Live Aid de 1985.
Nominaciones: 8 (Mejor Película, Mejor Actor Protagonista (Malek), Mejor Montaje, Mejor Sonido, Mejor Diseño de Sonido).
Lo mejor: Sin duda, en España es la favorita de la taquilla. Habiéndose estrenado a finales de año, se ha convertido rápidamente en la película más taquillera del 2018, y puede verse el mismo patrón -a diferentes niveles- en muchos otros países del mundo, incluidos los Estados Unidos. Rami Malek no es sólo favorito para llevarse el Oscar: es que casi se lo podrían mandar ya por correo. No ha habido quien le tosa en esta temporada de premios, donde Bohemian Rhapsody no ha desfallecido a pesar de los pesares. Y qué pesares.
Lo peor: Bryan Singer. Un fantasma en vida. Sus compañeros de equipo evitan pronunciar su nombre y mucho menos agradecerle cualquier mérito que pudiese tener en la producción, de la que fue despedido por tener un comportamiento errático e incontrolable. Por si no fuera poco, The Atlantic reveló en un extenso reportaje los testimonios de varios hombres que aseguraban haber sido abusados por el cineasta, cuya reputación de pederasta ha sido un secreto a voces en Hollywood durante mucho tiempo. Esto nunca fue un impedimento para sus diversas victorias en esta temporada de premios, aunque sí para que los BAFTA decidiesen retirarle la nominación a Mejor Director. Habría sido una imagen impagable. Más allá de todo este asunto de Singer, la película también ha sido duramente criticada por su retrato de Mercury y, especialmente, de su sexualidad.
A tener en cuenta: Como en Green Book, llevarse uno de los grandes premios de la noche de los Globos de Oro no es poca cosa, y más aún cuando se trata de la categoría dramática (ya sabéis lo que les gusta en Hollywood un buen drama). También se ha llevado premios importante de los gremios de actores y productores, pero el peso de la polémica con Singer puede echar todas las expectativas abajo.
El vicio del poder: Las cloacas de la Casa Blanca
De qué va: Biopic de Dick Cheney (Christian Bale), ex vicepresidente de los Estados Unidos junto a George W. Bush (Sam Rockwell) y una de las figuras más misteriosas de la política estadounidense reciente. La película repasa su vida desde que era un Don Nadie hasta que fue abriéndose camino en los espacios de poder del país, pasando por uno de sus momentos más determinantes: el 11-S.
Nominaciones: 8 (Mejor Película, Mejor Director, Mejor Actor Protagonista (Bale), Mejor Actriz de Reparto (Amy Adams), Mejor Actor de Reparto (Rockwell), Mejor Guion Original, Mejor Montaje, Mejor Maquillaje y Peluquería)
Lo mejor: Para saber cómo hemos llegado a nuestro presente, tenemos que entender qué ocurrió en el pasado. Es algo que McKay hizo divinamente con la crisis financiera en La gran apuesta (que también tuvo presente en los Oscars) y que ahora vuelve a hacer con la guerra de Irak en El vicio del poder. Aunque el verdadero protagonista no es otro que Cheney, y cómo llegó al poder para servir a todos los intereses excepto los del pueblo norteamericano. La película tiene la importancia política crítica que una buena ganadora de los Oscars puede demandar.
Lo peor: Amada y odiada, y sorprendentemente también tratada con cierta indiferencia, no es una película que cuente con el gran favoritismo de esta edición. Lo cierto es que su historia tiende a perder el norte (¿hablamos de Cheney o de Irak? ¿Le demonizamos o le humanizamos?) y obtener como resultado una obra interesante, pero dispersa. Que una propuesta tan arriesgada no haya tenido un mínimo de consenso crítico no habla bien de sus posibilidades.
A tener en cuenta: Sin duda, es la que puede dar la campanada, o bien fracasar estrepitosamente. La crítica ha estado bastante indecisa sobre ella, entre los que alababan su atrevimiento y los que denostaban sus excesos, pero es ese tipo de películas que los académicos de Hollywood pueden acabar elevando a lo más alto.
Green book: La feel-good moviedel año
De qué va: Basada en una historia real, cuenta la historia de Tony Lip (Viggo Mortensen), un italoamericano que encuentra un trabajo suculento como conductor de un artista famoso. Lo que no sabe es que ese artista, que no es otro que Don Shirley (Mahershala Ali), va a poner a prueba su manera de ver el mundo.
Nominaciones: 5 (Mejor Película, Mejor Actor Protagonista (Mortensen), Mejor Actor de Reparto (Ali), Mejor Guion Original, Mejor Montaje)
Lo mejor: Su mensaje parece inmejorable en un momento trumpiano, algo que pareció dejar claro el Premio del Público que se llevó en el Festival de Toronto del pasado mes de septiembre. Desde entonces ha llovido mucho -ahora repasaremos sus polémicas más sonadas-, pero es innegable que su espíritu bonachón, con el racismo como telón de fondo y la amistad entre diferentes por bandera, puede llegar al corazón de los académicos.
Lo peor: No ha ganado para polémicas. Literalmente. Todo empezó con Viggo Mortensen usando un término ampliamente considerado despectivo para la comunidad afroamericana (el que empieza por "n") y siguió con muchas críticas hacia la perspectiva que toma la historia, más apegada al personaje blanco. En este sentido, cabe destacar que el guion de la película fue co-escrito por el hijo real del personaje, Nick Vallelonga, pero no se consultó a la familia de Shirley, que ha declarado públicamente su repulsa hacia la película. La nieta del músico se quejabade que “han decidido crear una historia sobre la redención y autorrealización de un hombre blanco usando la extraordinaria vida e historia de opresión negra como fondo”. La cosa siguió acelerada: aparecieron noticias sobre Peter Farrelly, el director, en las que se revelaba que en los 90 se dedicaba a enseñar el pene en reuniones con actrices (algo que ha reconocido y por lo que se ha disculpado); mientras, el propio Vallelonga tenía que disculparse también por unos tuits que escribió apoyando a Donald Trump y su afirmación de que los musulmanes se alegraron del 11-S. ¿Son estas suficientes para justificar su caída a los infiernos? Desde luego, pocas no son.
A tener en cuenta: Se llevó el Globo de Oro a Mejor Película comedia o musical, algo que no debe tomarse a la ligera a la hora de hacer apuestas. Ahora bien, las polémicas que comentábamos la han ido desgastando (la guerra por el Oscar es dura, y puede llegar a ser muy sucia en Hollywood), y el día de las nominaciones a los Oscars se demostró que el backlash era una realidad. Ni siquiera Peter Farrelly está nominado a Mejor Director, pero no subestimen nunca la fuerza de la feel-good movie.
Ha nacido una estrella: La nota musical de Lady Gaga
De qué va: Cuarta versión del musical hollywoodiano, en el que un famoso cantante de rock (Bradley Cooper) descubre a una deslumbrante aspirante a estrella pop (Lady Gaga) a la que ayuda a ascender al estrellato. Y de la que, además, se enamora.
Nominaciones: 8 (Mejor Película, Mejor Actriz Protagonista (Gaga), Mejor Actor Protagonista (Cooper), Mejor Guion Adaptado, Mejor Canción, Mejor Sonido, Mejor Montaje)
Lo mejor: El momentazo que nos van a regalar cantando Shallow en directo es IM-PA-GA-BLE. Además de eso, que ya justifica toda su existencia en los Oscar, es indudable que ha sido uno de los fenómenos de los últimos meses en Estados Unidos, encumbrada por la presencia de la megaestrella Lady Gaga y una banda sonora con la que fundir los plomos de Spotify. Ha perdido mucho fuelle desde el gran hype que generó en el Festival de Venecia, pero las inmejorables críticas que allí recogió aún la colocan como una más que posible ganadora.
Lo peor: Tienen el pie puesto en las categorías más importantes de los Oscars, excepto a Mejor Director, un snub por el que Bradley Cooper se sentía todo un fracaso. Pobre Brad. Lo cierto es que la película ha caído estrepitosamente de las quinielas y se fue casi de vacío en los Globos de Oro. Siempre nos quedará Shallow.
A tener en cuenta: Sí, se ha desinflado bastante, pero nunca desestimemos el poder del musical puro Hollywood. Además, a los Oscars les encanta premiar películas dirigidas por sus actores más aventajados (¿recuerdan Argo? Qué despropósito), y han estado presentes en los premios de todos los gremios de la industria (aunque, bueno, se han llevado más bien poco).
Infiltrado en el KKKlan: La blaxploitation de Spike Lee
De qué va: Biopic de Ron Stallworth (John David Washington), un policía afroamericano que se infiltra en el colectivo racista del Ku Kux Klan con la ayuda de un compañero judío (Adam Driver) y un teléfono que esconda su verdadera identidad.
Nominaciones: 6 (Mejor Película, Mejor Director, Mejor Actor de Reparto (Driver), Mejor Montaje, Mejor Guion Adaptado, Mejor Banda Sonora)
Lo mejor: Spike Lee es uno de los grandes olvidados antológicos de los Oscars (esta es la PRIMERA vez que le nominan como Mejor Director), y las posibilidades de victoria de esta película huelen a redención por parte de la Academia. Con el espíritu del blaxploitation, el cineasta recupera una historia real, ambientada en la época de la la lucha por los derechos civiles en Estados Unidos, para traerla al presente. ¿Su objetivo? Demostrar que el fascismo sigue entre nosotros, pero que la lucha sigue. Gran sentido del humor, estilazo afro y mensaje de cooperación entre personas que mantienen posiciones diferentes, pero nunca contrarias. No es un mal mensaje para propagar en los Oscars.
Lo peor: Como decíamos, a Lee nunca le han hecho mucho caso en Hollywood, y esta velada podría ser tanto su redención como otro desplante más en su deslumbrante carrera. Además, no todo han sido voces positivas para su visión sobre la vida de Stallworth: el cineasta Boots Riley (Sorry to bother you) escribió un ensayo criticando la película y acusándola de ser “un anuncio publicitario para la policía” por su indulgencia con el papel de las fuerzas de seguridad en aquellos convulsos años 60. Parece que, en esta edición de los premios, la fidelidad histórica brilla por su ausencia.
A tener en cuenta: De alguna forma, es la gran candidata silenciosa de la temporada. Triunfó en un lugar donde las producciones norteamericanas nunca tienen demasiado peso (el Festival de Cannes, que le concedió el Gran Premio del Jurado), y este final en los Oscars formaba parte de su transcurso natural. Además, produce Jordan Peele, reciente ojito derecho de los premios por Déjame salir.
La favorita: Mujeres de armas tomar
De qué va: En la corte de Inglaterra, dos mujeres (Emma Stone y Rachel Weisz) inician una lucha encarnizada por conseguir el favor de la Reina Anne (Olivia Colman), que prefiere entregarse a sus amoríos y ataques neuróticos antes que gobernar un país cuyos diputados parlamentarios celebran carreras de patos y lanzan tomates sobre el cuerpo de hombres desnudos.
Nominaciones: 10 (Mejor Película, Mejor Director, Mejor Actriz Protagonista (Colman), Mejor Actriz de Reparto (Stone y Weisz), Mejor Guion Original, Mejor Fotografía, Mejor Diseño de Vestuario, Mejor Montaje, Mejor Diseño de Producción).
Lo mejor: Su sentido del humor es algo inaudito en el griego Yorgos Lanthimos, más versado en el arte de incomodar, del arte de la crueldad. Sin embargo, en la primera película que dirige con un guion que no es suyo (sino de Tony McNamara y Deborah Davis), consigue retratar una época con toda la sinvergonzonería de la que es capaz. Los trajes y el maquillaje exagerados al límite, las enormes estancias palaciegas, el ojo de pez en el objetivo de la cámara como metáfora del egocentrismo, el histrionismo de su reina protagonista… Todo en La favorita es exceso. Y nos encanta (a los BAFTA también).
Lo peor: Sabemos que las comedias no son grandes triunfadoras de los Oscars. Como ocurre en el género superheroico que comentábamos con Black Panther, es un género bastante menospreciado por los premios en general y los de Hollywood en particular. Ahora bien, mezclado con su retrato de época y su profunda mala leche, puede que los académicos vean en ella más que un teatro cómico delirante (algo que ya es maravilloso de por sí). Como su propio nombre indica, es una de las grandes favoritas de la noche, aunque quizás no pondríamos la mano en el fuego por ella.
A tener en cuenta: Aunque sufrió un pequeño tropiezo en los Globos de Oro (donde sólo rascó el premio a su protagonista, Olivia Colman), la temporada de premios no le ha ido nada mal. Los BAFTA premiaban su ambientación y la coronaban como Mejor Película Británica del año, mientras otros galardones como los SAGs y los Gotham Awards premiaban las actuaciones de su trío femenino, que parece destinado a dominar sus categorías en los próximos Oscar.
Roma: Allá donde llevan todos los caminos
De qué va: Retrato del México de los años 70 a través de una empleada doméstica, Cleo (Yalitza Aparicio), que trabaja para una familia adinerada formada por un matrimonio en plena crisis y unos hijos que ven a la mujer como una segunda madre.
Nominaciones: 10 (Mejor Película, Mejor Director, Mejor Fotografía, Mejor Actriz Protagonista (Aparicio), Mejor Actriz de Reparto (Marina de Tavira), Mejor Guion Original, Mejor Película de Habla No Inglesa, Mejor Sonido, Mejor Edición de Sonido, Mejor Diseño de Producción)
Lo mejor: La película de Alfonso Cuarón es favorita a conciencia, tanto por los premios que ha venido recogiendo como por el clamor de la crítica casi unánimemente alabando su película. Es una propuesta arriesgada, pero las quinielas apuestan por ella. Su victoria sería sin duda toda una revolución: no sólo es propiedad de Netflix, cuyo sistema de distribución está marcando el ritmo de la nueva cara de la industria, sino que además es una película mexicana hablada mayoritariamente en español. ¿Una película de habla no inglesa llevándose también el premio gordo en los Oscars? Eso hay que verlo.
Lo peor: Netflix no es el mejor amigo de Hollywood, aunque está haciendo méritos para serlo. La exhibición de Roma en salas de cine fue todo un show, y desde la plataforma se mantiene firmes a su modelo, algo que no gusta en la industria. ¿Podría ser eso su gran hándicap a la hora de triunfar en los premios? ¿O lo será el hecho de que no esté siquiera hablada en inglés?
A tener en cuenta: Que ha sido la absoluta imbatible de esta temporada de premios: allá donde estaba Roma, difícilmente alguien podía sacarle los colores. Es, de toda esta lista, la que más claramente podría señalarse como el caballo ganador. Pero, ¿se arriesgará la Academia?
FUENTE: Esquire