onfirmado: si quieres perder peso, hincharte a ensaladas no es la solución. De hecho, el nutricionista británico Hazel Wallace asegura que comer ensaladas tiene mucho que ver con que abandonemos nuestras dietas de adelgazamiento. ¿Por qué? Porque 'saben' a agua. Los investigadores Charles Benbrook y Donald Davis clasificaron los alimentos según su calidad nutricional y cuatro de los productos que había al final de la lista eran típicos de las ensaladas: la lechuga iceberg, el apio, los pepinos y los rábanos. Todos con casi el 97 por ciento de agua.

Y es que las ensaladas perpetúan lo que los científicos denominan el 'efecto halo', un mecanismo de nuestra mente por el que saboteamos nuestros objetivos en base a prejuicios o falsas creencias. Es decir, como la ensalada no está rica y no adelgazamos, extendemos esa creencia a todo lo que tenga que ver con hacer dieta. Un trabajo de la Universidad de Cornell descubrió que las personas que optaron por alimentos bajos en grasas en lugar de otros más normales, acabaron consumiendo unas 90 calorías más que aquellos que no variaron su dieta.

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"Los productos etiquetados como saludables al final solo te hacen sentir más hambre. E igual pasa con la estrategia de reducir la ingestión de carbohidratos, sobre todo si haces deporte". Sin la glucosa para quemar, tus niveles de energía caerán en picado, tus entrenamientos se resentirán y tu sensación de hambre hará que acabes pecando... ¿Conclusión? Si quieres perder peso, comer hidratos moderadamente te ayudará mucho.

Por esa razón, qué mejor manera de combinar ensalada e hidratos que con un sandwich casero de pan de espelta o centeno relleno de aguacate, espinacas y un poco de proteína animal.