Las primeras apariciones LGBT en el cine





Estas fueron las primeras apariciones de la comunidad LGBT en el cine

En sus inicios, las representaciones de homosexualidad en el cine enfrentaron muchos retos que no vas a creer.

Existen ejemplos muy interesantes para hablar sobre las primeras representaciones de homosexualidad en el cine. Hay una escena en la delirante comedia Bringing Up Baby en la que Cary Grant —en aquel entonces un cotizado galán de Hollywood— se ve obligado a usar una ‘bata de mujer’. La prenda es de color blanco y tocada con adornos de plumas. Su ropa está en la lavandería, pero Grant no atina más que a contestar cuando alguien pregunta por su atuendo: «¡Es que me volví gay de repente!».

Grant hace el papel de un paleontólogo. Está a punto de perderse su propia boda por culpa de una despistada millonaria interpretada por Katharine Hepburn —y de un leopardo llamado Baby—. Cuando se estrenó la película —en 1938—, la palabra «gay» no sería familiar para la mayoría del público. No en el sentido que se le da hoy, en todo caso. Y la línea podría bien ser interpretada en su sentido original como ‘alegre’, o en referencia a un estilo de vida hedonista y desinhibido.

Pero la intención del comentario era clara. Al igual que el film noir, la llamada screwball comedy surgió en un momento en que el concepto tradicional de la masculinidad era cuestionado por el nuevo rol de la mujer durante y después de la guerra.

cine homosexualidad bringing up baby cartel

Lo cierto es que Grant —que habría de casarse cinco veces, pero cuya cercana relación con el también actor Randolph Scott ha llevado a muchas conjeturas sobre su sexualidad— sería así el primer actor en utilizar la palabra «gay» en el cine de Hollywood. Hablar abiertamente de homosexualidad en el cine, sin embargo, llevaría más tiempo.

La ‘ilegalidad’ de la homosexualidad y la ignorancia de Hollywood

El término ‘homosexual‘ no habría de mencionarse en el cine de habla inglesa sino hasta el estreno de Victim. Este thriller británico de tintes noir fue dirigido en 1961 por Basil Dearden. La cinta habría de tener un profundo impacto en una época en que la homosexualidad era potencialmente ilegal. Incluso, podía resultar en penas de prisión.

La primera referencia a la homosexualidad en el cine se remonta a 1895. Esto ocurrió cuando William Kennedy Dickson mostró a dos hombres bailando en la película conocida popularmente como The Gay Brothers. La producción fue de las primeras pruebas realizadas en el estudio de Thomas Edison. En ese momento, una escena así no sería vista como extravagante —ni siquiera como queer— sino, quizás, como una situación fantasiosa. El cine daba sus primeros pasos, pero tenía mucho por recorrer.

Nos gusta pensar que las cosas han cambiado mucho desde entonces, y que el cine tiene hoy la libertad de abordar temas antes intocables. En realidad, el cine en sus orígenes era más liberal. El primer beso entre dos personas del mismo sexo tuvo lugar en la película Manslaughter (1922), de Josef von Sternberg. Sucedió nada menos que Marlene Dietrich, la primera actriz en besar a otra mujer en Morocco. La historia trata de una cantante de cabaret que se enamora de un legionario en la Guerra del Rif. Su relación se complica por la aparición de un ricachón que también está enamorado de ella. Corría el año de 1930.

Sin embargo, en los años de la Gran Depresión, la asistencia del público a las salas habría de disminuir significativamente. Hollywood no tuvo empacho en producir películas con temas e imágenes de escándalo como violencia y trabajo sexual. Su propósito era atraer al público de vuelta a las salas de cine. Fue así que los personajes gay se asociaron —muy a su pesar— con esos temas.

Estereotipos del homosexual en el cine

Desde finales del siglo XIX y hasta las décadas de 1920 y 1930, la homosexualidad en el cine sería objeto de convenciones y estereotipos. Surgieron personajes extravagantes y muy afeminados. Se ataviaban con trajes elegantes pero siempre con flor en el ojal, y portando bigote, colorete y hasta labial. ‘El gay’ quedó reducido a ser el comic relief de la cinta, asociado con actividades como la de peluquero y coreógrafo. A menudo, también como el amigo que acompañaba a la heroína a ir de compras. Tales imágenes habrían de cimentar los estereotipos que todavía se ven hoy en el cine americano.

Fue justo en estos años que la Corte Suprema de Estados Unidos decidió que el cine no gozaba de la protección de la Primera Enmienda. Esta resguarda la libertad de expresión. En principio, la decisión de restringir la exhibición de películas que se consideraran «indecentes» o «inmorales» se encontraba en manos de los gobiernos locales. Sin embargo, tras varios escándalos de celebridades —y la amenaza de boicot por parte de grupos conservadores— la industria estableció el Código de Producción, mejor conocido entonces como Código Hays.

Así, hasta la década de 1940 —al menos en las pantallas norteamericanas— toda representación de la homosexualidad que pretendiera eludir el código se limitaría al ‘mariquita’ o sissy, o quizás al villano. Tendríamos a hombres débiles que, en el caso del clásico noir The Maltese Falcon, encontramos en personajes como el de Joel Cairo. También en Wilmer, un tipo en apariencia dura pero a quien se describe en la cinta como gunsel. Dicho término designa a un pistolero pero también es jerga para señalar al homosexual.

En realidad, el código tenía por objetivo evitar la censura del gobierno. Asimismo, prevenir que los boicots liderados por la Iglesia Católica y otros grupos fundamentalistas hicieran mella en la taquilla. Otras restricciones incluían los besos con la boca abierta, la mera sugerencia de una violación o un aborto. Igualmente, la trabajo sexual y la infidelidad. También prohibía expresamente mostrar cualquier tipo de «perversión o desviación sexual». Puesto que así se le veía entonces al homosexual, fue el final de los ‘mariquitas’ en la pantalla. Inició entonces una representación más velada de la homosexualidad y restringida al subtexto.

El primer héroe homosexual en la pantalla grande

La producción británica Victim se desarrolló en el Londres de los años sesenta, lejos de Hollywood y sus estereotipos. Cumplía con las recomendaciones del Comité Wolfenden —encargado de examinar el trabajo sexual y los delitos de índole sexual en el Reino Unido—. Este comité llegó a la conclusión de que la actividad homosexual en privado y entre adultos que pidieran consentir no era un delito. La cinta ayudaría a construir una imagen más comprensiva de la homosexualidad en el cine inglés.

Protagonizada por Dirk Bogarde y Sylvia Syms, la película se estrenó en Reino Unido en agosto de 1961, y en los Estados Unidos al año siguiente. En ella, el abogado interpretado por Bogarde trata de encontrar a un chantajista que tiene fotos de él y un joven en su propio coche. Cuando el chico se suicida, el abogado se da a la tarea de encontrar a otros que hubieran sido extorsionados, aunque signifique admitir su homosexualidad.

La película acaba con el abogado aceptando su orientación ante su esposa, antes de que el juicio a los chantajistas la haga pública. Esto hizo de Dirk Bogarde el primer héroe gay de la gran pantalla.

En los Estados Unidos, el cine no se atrevería a centrarse en la comunidad LGBT+ sino hasta el estreno en 1970 de The Boys in the Band. Esta fue una adaptación de la obra de teatro off-Broadway del mismo título escrita por Mart Crowley. En ella, ofrece una mirada honesta sobre lo que implica ser gay en Nueva York en esa época, y sobre toda una generación. Pero esa, como dicen, es otra historia.

FUENTE: Caraotadigital




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