Hidratarse de la manera correcta antes de entrenar ayuda a que tus músculos funcionan en óptimas condiciones. "Cuando el cuerpo está deshidratado, no tienes la potencia muscular adecuada, ni la precisión y el equilibrio que necesitas para completar un entrenamiento decente," dice Angela Onsgard, nutricionista del Miraval Resort en Tucson (EE.UU.).
Así que lo que tu metes en tu cuerpo antes de entrenarte definitivamente importa. Según la Universidad de Columbia, deberías beber 0,6 litros de agua dos horas antes de un entrenamiento, otros 0,24 litros durante el calentamiento y un adicional de 0,24 litros cada 10 a 20 minutos, dependiendo de la cantidad de sudor que estés produciendo.
Esto es una gran cantidad de líquido, por lo que vamos a asegurarnos de que estás bebiendo los fluidos correctos. A continuación te presentamos lo que nunca deberías tragra antes de un entrenamiento:
Guarda cualquier bebida con productos lácteos para después del entrenamiento.
"Las bebidas que contienen lácteos son mejores para ser consumidas después del entrenamiento, y no antes o durante," dice Onsgard. Puesto que la leche contiene proteínas, carbohidratos y grasas, se tarda mucho tiempo en digerir, asegura.
En su lugar, toma paquetes de proteína de suero mezclada con agua filtrada. Obtendrás los beneficios de la proteína, pero sin las grasas y el tiempo de digestión de estas. Ya las tomarás luego con productos lácteos.
Como cuando niño, es posible que aún adores esos pequeños tetra bricks con cañita, pero simplemente no son la mejor opción para beber antes de un entrenamiento.
"La mayoría de estas bebidas con sabor a fruta se cargan con jarabe de maíz de alta fructosa, un edulcorante artificial que puede crear disfunción hepática, síndrome metabólico y obesidad", dice Onsgard.
En su lugar, dale un poco de sabor a tu agua con frutas frescas cítricas, bayas, menta o albahaca. "O bien opta por el agua de coco, que repone los electrolitos que perderás durante el entrenamiento," dice Onsgard.
Éste puede sonar como algo demasiado sabido, pero es que incluso bebiendo una sola cerveza antes de ir al gimnasio puedes estropear tu entrenamiento.
"El alcohol es deshidratante, inflamatorio y repercute negativamente en el equilibrio y la toma de decisiones", dice Onsgard. Digamos, que no es ideal cuando se trata de decidir cuánto peso vas a levantar.
"Si necesita algo que te active, bebe un café de tueste oscuro (que tiene menos cafeína que los de color más suave)", comenta. "Te ayudará a estar más despierto y vigilante y mejorará el rendimiento del ejercicio."
Las bebidas gaseosas como los refrescos, pueden causar hinchazón, dolor abdominal y el gases. Además, contienen cantidades significativas de sodio, que extrae agua de las células del cuerpo y puede causar deshidratación.
Si tu eres un adicto a los refrescos light, tienes que saber que la mayoría de marcas contienen aspartamo, un edulcorante artificial que se ha relacionado con una serie de efectos secundarios tales como migrañas, mareos, pérdida de memoria y cambios de humor.
Según Onsgard, "en lugar de un refresco, opta por una bebida de té verde muy fría". Es naturalmente rica en antioxidantes y reduce el riesgo de varios tipos de cáncer."
Los pectorales definidos y músculos abultados de los brazos de Lebron James pueden contar otra historia... pero la mayoría de las bebidas deportivas del mercado se cargan efectivamente con azúcar y contienen poca o ninguna carga nutricional.
"Puedes obtener algunas vitaminas y electrolitos añadidos en algunas marcas, pero el alto contenido de azúcar va derecho a causar un fallo energético en tu organismo más adelante", afirma Onsgard. "Puede hacer estragos en tu sistema hormonal y su procesamiento sube la tensión en tu cuerpo."
En su lugar, traga un poco de zumo de tomate sin aditivos, que proporciona potasio, tiene azúcares naturales y promueve una presión arterial saludable.
FUENTE: Mens Health