Este es el término médico que se le da al hecho de no poder retraer el prepucio sobre la cabeza de tu pene porque se ha vuelto demasiado apretado.
Sabemos que no es lo más fácil de hablar y también puede tener un efecto extremadamente negativo tanto en tu vida general como en lo que quizás para ti lo más importante, en la vida sexual.
Si bien es cierto que afortunadamente no hay problemas de salud mortales asociados con la fimosis, las condiciones que la desencadenan son bastante incómodas y por lo general provocan inflamación, dolor y problemas para orinar, entre otros.
¿Las buenas noticias? Un prepucio apretado puede ser doloroso, pero a menudo se puede tratar sin cirugía así que no te preocupes y continúa leyendo.
Existe una correlación entre la fimosis y la cantidad de velas en tu pastel de cumpleaños.
Un prepucio apretado es congénito, lo que significa que ya naces así y se conoce como fimosis fisiológica. Por lo general, la piel se afloja conforme te acercas a la adolescencia.
“La mayoría de los niños tendrán prepucios retráctiles a la edad de 10 años y el 95% para cuando cumplan 17 años”, explica el Dr. Ketan Bhatt, médico general.
Por lo tanto, si todavía te encuentras en la adolescencia, no te asuste. Sin embargo, si esos días felices de acné y las sábanas de Spider-Man están muy por detrás de ti, y tu prepucio permanece soldado al casco, tienes un problema.
Para ser más específicos, este problema se llama fimosis patológica. Esto significa que la culpa es de una infección, inflamación o alguna otra condición y estos son las causas más comunes.
Inflamación de la cabeza del pene. La afección puede causar enrojecimiento, comezón, inflamación, opresión en el prepucio y dolor al orinar.
Esta es una inflamación tanto de la cabeza del pene como del prepucio. Al igual que la balanitis, por lo general es causada por una mala higiene.
Desafortunadamente, el patrón de causa y efecto es una calle de doble sentido, ya que la fimosis también puede causar ambas condiciones.
El herpes genital, la gonorrea, la sífilis, la clamidia, así como otras ITS pueden causar balanitis, lo que en consecuencia terminará en un prepucio apretado.
El eccema, la psoriasis, el liquen plano y el liquen escleroso pueden provocar fimosis o empeorar la afección en caso de ya tenerla.
Si bien la fimosis no siempre presenta síntomas, puede causar “inflamación, enrojecimiento y sensibilidad y, por lo tanto, hacer que el sexo sea muy doloroso”, dice Bhatt. Pero utilizar un condón y mucho lubricante te ayudará mucho.
Sin embargo, es posible que durante el sexo se pueda causar la parafimosis. Aquí es donde el prepucio se retrae y no vuelve a su posición original, causando que la cabeza del pene se inflame (básicamente esto es lo opuesto a la fimosis).
Es importante que sepas que esta sí es una emergencia médica, en primera, porque el flujo de sangre a tu pene puede verse restringido, causando daños incalculables y en segunda, porque te comenzará a doler fuertemente después de un tiempo.
Otros síntomas incluyen la falta de sensibilidad y prepárate porque además causa la división de la piel .
Dejando a un lado los problemas de clasificación X, un prepucio apretado también puede provocar problemas para orinar , ya sea únicamente por incomodidad o porque evita que se vacíe completamente la vejiga.
Al igual que como con la mayoría de las afecciones, el tratamiento realmente depende de la causa. En este caso, si la fimosis es fisiológica o patológica, así como de su gravedad.
Sin embargo, lo primero que deberías hacer es tratar de estirar el prepucio tú mismo. Para eso utiliza un lubricante o hazlo en el baño cuando tu pene esté flácido. Si esto no funciona, lamentamos informarte que tendrás que ver a tu médico.
“Si se trata de un problema fisiológico, la higiene personal y los esteroides tópicos pueden ayudarte”, aconseja Bhatt. “Si se debe a una infección y otros tratamientos estos no ayudan, entonces podría ser necesaria un pase para visitar a un urólogo para la circuncisión.”
Si en algún momento un viaje farmacéutico te parece la mejor opción, puedes intentar con alguna crema o ungüento de corticosteroides de venta libre como la hidrocortisona, aplicándola en el exterior y el interior de la punta del prepucio dos o tres veces al día.
Por otra parte, dependiendo de tus síntomas, tomar un analgésico como el ibuprofeno también puede ayudarte a aliviar las molestias.
Si necesitas algo más fuerte, existen algunos esteroides tópicos como betametasona y triamcinolona disponibles cuando los prescribe un médico y si la causa principal es una infección, probablemente te receten antibióticos o un medicamento antimicótico.
Los procedimientos quirúrgicos menores también son una opción, por ejemplo, una hendidura dorsal, que se refiere a una sola incisión a lo largo de la longitud superior del prepucio.
También hay preputioplastia y frenuloplastia las cuales implican cortar y estirar tácticamente el prepucio en diferentes grados. Y por último la circuncisión, en donde se extrae todo o la mayor parte del prepucio, la cual debería considerarse realmente como último recurso.
Si únicamente aplicas la crema no te librarás de la fimosis. Limpia tu miembro diariamente con agua tibia, evita utilizar jabón, shampoo u otros productos similares y no olvides secarlo suavemente, tanto después de bañarte como después de orinar.
Finalmente, por muy trillado que suene, la prevención realmente es mejor que una cura. Nuevamente, la limpieza diaria con agua tibia es una prioridad.
Si no estás circuncidado, asegúrate de retirar el prepucio y lavar por debajo. Utiliza un jabón neutro y mantente alejado del desodorante y del talco.
FUENTE: Men's Health
