Hoy en día vivimos, la mayoría, con normalidad la transexualidad. No deja de ser una situación difícil para aquellas personas que nacen en el cuerpo equivocado, con toda una serie de procesos físicos y mentales que llevarían al límite a cualquiera. Quizá por eso las personas transgénero nos parecen verdaderos héroes de la comunidad LGBT. Recordemos que, aunque muchas veces se quiera esconder, los disturbios de Stonewall, que empezaron el verdadero movimiento LGBT, contaron con transexuales y travestis como líderes indiscutibles.
Por eso, cuando la transexualidad es cada vez menos noticia en el mundo, a veces se nos olvida conocer los orígenes de las primeras operaciones de cambio de sexo. Y hoy te vamos a contar cuándo tuvo lugar la primera operación de cambio de sexo y, lo más interesante y curioso de todo: dónde tuvo lugar. En la URSS.
Todo empezó en 1968, cuando una mujer rubia impresionante acudió a ver a un cirujano en Riga, Víctor Kalnberz. Lo que le dijo fue muy claro: no se sentía una mujer, y la naturaleza había cometido un error. Le pidió que le ayudara a poder ser un hombre.
El cirujano era especialista en reconstrucciones de pene e impotencia, pero nunca había realizado una operación de cambio de sexo, básicamente porque no existían hasta la fecha. Inna, que era la paciente, le suplicó al cirujano que la ayudara y decidió que sí, que lo haría, pero era cuestión no solo de él, sino de muchas otras personas. Un equipo de médicos en el que se encontraban un psiquiatra, un ginecólogo, un sexólogo y un endocrino. Era algo excepcional, pero se lo tomaron muy en serio.
Por lo visto existían cuatro precedentes en el mundo que salieron fatal y dejaron a los pacientes con ambos sexos, por lo que el reto era mayúsculo, y en septiembre de 1970 empezaba la primera de una serie de operaciones que le acabaron ofreciendo lo que siempre había querido: el sexo con el que se sentía cómodo. Cuando las autoridades se enteraron del tipo de operación que Kalnberz realizaba, estuvieron a punto de inhabilitarle, pero se quedó en una amonestación.
El paciente, ingeniero de profesión, ha vivido 70 años y justificaba las cicatrices de la operación asegurando que había sufrido un accidente.
Como ves, hoy en día una operación de cambio de sexo sigue siendo un proceso complicado, traumático y difícil, pero fue la historia de este paciente anónimo la que despertó una realidad que el ser humano no había visto aún: reparar los errores de la naturaleza y dar a las personas el derecho de ser quién verdaderamente son.
FUENTE: CromosomaX