Los hombres homosexuales tienden a sufrir complejos o tener problemas con su físico, o al menos son más propensos a ello por cuestiones sociales. Hay demasiados estereotipos al respecto y tienen mucho más que demostrar al mundo sólo por el hecho de ser gays.
Arturio Bradea es un gay que ha tenido que pasar por muchos problemas debido a su orientación sexual. En un bar de Huddersfield, Inglaterra, le dijeron que era demasiado feo para ser gay. Es uno de los muchos comentarios que han hecho que se plantease el suicidio el año pasado.
La Fundación LGBT, una organización benéfica que tiene sede en Manchester, Reino Unido, advierte de que los problemas de imagen corporal se generalizan en la comunidad homosexual.
Asegura que los hombres gays y bisexuales son más propensos a tener problemas con su imagen corporal que los heterosexuales. De hecho, asegura que muchos son capaces de hacer lo que sea para ser aceptados por la comunidad.
Esto incluye incluso la cirugía estética o el consumo de esteroides, y es que la preocupación es mucho mayor de la que podemos imaginar. Es algo que sucede dentro de la propia comunidad. Son los propios hombres gays los que discriminan a aquellos que no se parecen a ellos o se alejan del ideal de «gay» que nos venden en los medios de comunicación.
Esto sucede porque la forma de relacionarnos también ha cambiado. Hoy se da mucha importancia a las apps de citas en las que lo primero que se mira suele ser el físico. También podemos encontrar este tipo de superficialidad en las redes sociales.
Lugares donde los usuarios llegan a extremos de lo más extraños sólo con el objetivo de dar la mejor imagen posible y mostrar lo felices que son (incluso si todo esto no se corresponde con la realidad). Aunque esto no sea la generalidad y no se de en todos los casos, sí que supone un porcentaje preocupante y que generalmente suele coincidir con el compuesto por aquellas personas que sufren ciertas carencias emocionales.
Y es que al final la verdad es menos brillante: Las parejas felices no son tan felices, los cuerpos perfectos no lo son tanto. ¡Las fotos están retocadas o hechas desde ángulos demasiado buenos!
Una de las razones por las que se quiere tener un cuerpo perfecto es que los hombres con cuerpos perfectos reciben todos los comentarios y la atención del resto, según Jakeb.
Él no ha tenido citas porque tiene miedo a que le vean en la vida real, y asegura que si pudiera pagar una cirugía plástica lo haría.
De hecho, empezó a tomar esteroides después de que otros hombres lo insultaran con frecuencia llamándolo feo y otro tipo de cosas. Los esteroides anabólicos le ayudaron a aumentar su masa muscular, ya que solo con ejercicio y gimnasio no podía alcanzar un nivel superior, precisamente el que él deseaba alcanzar.
El problema reside en que este tipo de sustancias son adictivas, y él no supo dejar su consumo. Cuando consiguió el tamaño corporal que tanto había deseado tener le empezó a parecer que no era suficiente y empezó a desear uno superior. La situación se complicó especialmente cuando estuvo a punto de morir de un infarto por el consumo de estos compuestos químicos.
Dejó de tomarlos poco después y perdió la musculatura lograda. Hoy sigue sufriendo problemas de salud por lo que todo esto no le ha reportado ningún beneficio real.
Este es uno de los muchos casos en los que las víctimas deciden tomar medidas para verse mejor. Algo similar hizo un ingeniero de software de Lincoln llamado James Brumpton, que se introdujo en una espiral autodestructiva después de ligar con un hombre en un local gay. Este le humilló por su cuerpo, como muchos otros.
El rechazo desembocó en problemas psicológicos y decidió recurrir a la cirugía. Brumpton se sometió a una abdominoplastia, con la cual eliminó el exceso de grasa y la piel que existía alrededor de su cintura. Y este no es un caso aislado. En 2018 este tipo de cirugías en Reino Unido crecieron un 18% con respecto al año anterior.
El profesor Afshin Mosahebi, de la BAAPS, asegura que los hombres gays se someten a más procedimientos cosméticos que los heterosexuales, aunque aun así lo hacen más las mujeres que los hombres gays.
Cree que una de las causas es la presión de las redes sociales y que en la mayoría de los casos necesitan ayuda psicológica y no una cirugía. De hecho, el sometimiento a cirugías estéticas lleva implícitos una gran cantidad de riesgos tanto para la salud como para la estética.
La cirugía de James fracasó generándole cicatrices que tendrá permanentemente y que le han hecho acomplejarse más. Desde entonces, incluso le han humillado más que antes.
Las apps de citas también han cambiado la forma en que se ve el cuerpo y la masculinidad. En los perfiles se suelen exigir ya de entrada hombres masculinos y musculosos. También se tiende a dar especificaciones aún más concretas: No gordos, no muy delgados, no penes inferiores a un determinado tamaño… y otros atributos físicos.
Muchos gays con un cuerpo común, o que no llega a los estándares indirectamente impuestos por la sociedad, se sienten acomplejados e incluso raros. James llegó a pensar que es necesario parecer un modelo de Calvin Klein para poder ser gay.
Al final exigimos aquello que nos vende la publicidad. Pero ¿por qué la publicidad construye este tipo de arquetipos? Matthew Todd es un ex editor de la publicación Attitude y él sentía impotencia al ver los cuerpos que llenaban las portadas gays y que al mismo tiempo triunfaban en las ventas. De hecho en muchas ocasiones él y su equipo intentaron poner en portada a gente que saliese de los estándares impuestos. Esto no funcionaba y se reflejaba en las ventas que caían en picado.
Con la foto de Stephen Fry tuvieron las peores ventas de la historia pese a lo popular que es, lo que demuestra cuáles son los intereses reales de los lectores en publicaciones gays. Entre otras cosas, buscaban cuerpos perfectos.
Todd, autor de Straight Jacket: How to be gay and happy asegura que la homofobia ha incrementado los problemas de los hombres gays con sus cuerpos.
Pero más allá de humillarse entre ellos, hoy los hombres gays siguen siendo humillados por otras persona ajenas al colectivos. Esto les provoca baja autoestima y malestar. Al final esto genera problemas en la visión de uno mismo: Si no te gustas a ti no te sentirás a gusto con la forma en que te ves. Los hombres gays tienen más presión por el cuerpo perfecto, según Todd, por esto mismo.
Jeff Ingold, de la organización caritativa LGBT Stonewall, muestra la importancia de ver más representaciones de hombres gays y bisexuales con diferentes tipos de cuerpos en los medios. Más allá de lo que gusta o atrae a las masas.
Esto derribaría muchos estereotipos dañinos y ayudaría a los hombres del colectivo LGBT+ a verse mejor a sí mismos.
Y es que, los hombres gays no son un cuerpo perfecto, de hecho no es el físico lo que les representa, como sucede con otros colectivos.
Pero aún es algo que nos cuesta ver, porque existen muchos hombres gays con una visión superficial del mundo y que se atreven a humillar a los demás por no ser como a ellos les gustaría o como la sociedad dice que tienen que ser. Además, también es cierto, que nos han enseñado a exigir a los gays un determinado cuerpo, un determinado físico, un determinado pene, una determinada cara.
Muchos hombres gays se sienten acomplejados, pierden posibles citas por miedo al rechazo, no salen de casa ni acuden a eventos importantes por estas causas y se sienten mal consigo mismos. Todo ello por la crueldad de “unos pocos”. Y por no saber aceptarse a sí mismos.
Mención a parte merece la plumofobia, que también está afectando a muchos hombres que no son aceptados por mostrarse como son naturalmente. Y es que tener pluma literalmente no está permitido para algunos, por tener un determinado físico.
Hay muchos mitos y creencias con respecto al físico de los gays, y los modelos que se ven en la prensa, televisión y demás medios no ayudan a que esto cambie.
No lo hacen ni si quiera muchos hombres gays, que llegan a humillarse entre ellos mismos. Finalmente esto les lleva a ser esclavos de su imagen, a menudo sin éxito, pero… ¿Para qué?
FUENTE: The Stonewall