Con el paso de los años, resulta inverosímil la cantidad de reinvenciones que se hacen de los clásicos literarios que tienen gran importancia en las representaciones teatrales y en el gusto del público, adaptándose al entorno social en que es contada pero siempre con la esencia de la obra en cuestión, así llega esta nueva temporada de HAMLET al Teatro Milán.

Tal vez el mayor resalte al mirar el póster sea ver a Irene Azuela como protagonista, encarnando a Hamlet, pero cabe recordar que no es la primera vez que esto sucede, ya que se ha planteado la idea de una actriz pretendiendo figurar como el personaje masculino, y aquí tenemos a una representación totalmente femenina sin alguna explicación o adecuación, y ese es su mayor acierto, pues sin siquiera pretender llevarlo al discurso feminista o radicalizar en replantear el discurso es que de manera orgánica sucede para no dejar dudas o cuestionamientos acerca de esta decisión, que además toma fuerza por su calidad interpretativa.

Angélica Rogel dirige esta puesta de manera voraz, en un control del texto para incluso jugar con la idea de un reparto consciente de su participación del montaje donde el romper la cuarta pared será incisivo y un sutil respiro al mismo, pues de hecho es una reducción del mismo en un compendio total del contenido de manera equilibrada en tan sólo 2 horas y 10 minutos. Con estos personajes en las manos nos regala imágenes con una estética tan agradable a la vista que denota la gran fijación y consciencia de crearlas y dejarlas en la mente del público.

Con una producción de BH5 Studio y Óscar Uriel, nos regalan una escenografía planteada como un sencillo espacio de ensayo, pero que conforme avanza la historia, se irá resquebrajando y dibujando los diferentes escenarios que refuerzan el texto en sus momentos de más lucidez conjunta. El reparto está conformado además por Mauricio García Lozano, Emma Dib, Miguel Santa Rita, Alfonso Borbolla, David Gaitán, Alejandro Morales, Tamara Vallarta y Naian González Norvind alternando con Assira Abbate.

Cada actor y actriz están en personaje en todo momento, con una precisión de memoria y de trazos que hacen hincapié de la entrega y el histrionismo que regalan y resaltan un guion que si bien es ya conocido, toma una vida diferente con cada interpretación y recordarnos además el porqué se sigue recurriendo a los clásicos pues aún cuando en temporalidad estén tan alejados de nuestra cotidianidad, se conforman de temas universales que hacen una magna alegoría de cómo siguen contando algo, cómo nos hacen volver la vista a nuestro contexto actual y analizarlo.

La reestructuración de un texto nunca estará peleada con el respeto al mismo y las continuas adecuaciones según el público al que es contada, y podemos ser testigos de un ejemplo claro de esto, para apropiarse de unas líneas que requieren dos o tres palabras para tomar un sentido prioritario en la nueva visión a cargo que tiene total confianza en su elenco y el nuevo objetivo a lograr en los asistentes que le digieran con la satisfacción de la teatralidad.

Hamlet se presenta en el Teatro Milán los días viernes a las 20:45, los sábados a las 19:00 y los domingos a las 18:30h.

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