Nuestros riñones son dos órganos que por forma muchas veces son comparados con un frijol, los cuales se encuentran ubicados contra los músculos de nuestra espalda en la cavidad abdominal superior la cual está justo por debajo de la caja torácica, uno a cada lado de nuestra columna vertebral. Los riñones se encargan de desintoxicar nuestra sangre y ayudan a nuestro cuerpo a filtrar los desechos por medio de la orina.
Otra función principal de nuestros riñones es el quitar el exceso de agua en nuestro cuerpo. También nos ayudan a retener el agua cuando nuestro cuerpo necesita más. Por otra parte, nuestros riñones nos ayudan a regular los niveles de minerales en el organismo como el calcio y el fosfato en nuestro cuerpo. También se encargan de producir hormonas importantes que nos ayudan a regular las funciones de nuestro cuerpo como la presión arterial y la fabricación de glóbulos rojos que se encargan de transportar el oxígeno y nutrientes importantes a lo largo de nuestro cuerpo.
Para mantenernos sanos, es esencial el mantener nuestros riñones funcionando correctamente. Algunos síntomas comunes que pueden ser una indicación de que contamos con problemas renales son un cambio en el color y la cantidad de nuestra orina, sufrir de mareos, vómitos, presentar anemia, sentir frio la mayor parte del día, fatiga, picazón constante en la piel, dolor repentino y mal aliento. Si estamos experimentando alguno de los síntomas antes señalados, será importante consultar a nuestro médico para descartar la posibilidad de sufrir de una enfermedad renal. Debemos considerar que hay múltiples motivos que desencadenan en problemas renales, en donde los siguientes hábitos que arruinan nuestros riñones son los principales.
Hábitos que arruinan nuestros riñones
El no vaciar nuestra vejiga a tiempo: El mantener nuestra vejiga llena durante mucho tiempo o retrasar la urgencia de orinar es una de las razones principales detrás del daño renal. Cuando la orina permanece en nuestra vejiga durante mucho tiempo, puede llegar a causar bacterias. A su vez, estas bacterias pueden causar una infección urinaria o infección en nuestros riñones. Además, la retención de orina aumenta la presión que se ejerce sobre nuestros riñones y puede provocar incontinencia e insuficiencia renal. No importa lo ocupado que nos encontremos, siempre debemos escuchar las señales de llamada de la naturaleza y debemos hacerle caso.
La falta de agua: El no beber una cantidad abundante de agua también puede ser la causar de enormes daños a nuestros riñones. Debemos tener en cuenta que la principal función de nuestros riñones es el eliminar los desechos metabólicos de nuestro cuerpo y regular la producción de eritrocitos. Por lo que cuando nuestro cuerpo carece de suficiente agua, tenemos un flujo de sangre menor a nuestros riñones porque la sangre se concentra. Esto dificulta la capacidad de nuestros riñones para eliminar las toxinas en nuestro cuerpo y más toxinas en nuestro cuerpo significan que tendremos más problemas en nuestra salud.
Según estudios médicos, un adulto sano debe beber por lo menos entre 8 a 10 vasos de líquido cada día para mantener sanos los riñones y de paso nuestro cuerpo bien hidratado. Sin embargo, debemos tener en mente que el beber mucha agua también puede ser difícil de procesado por nuestros los riñones. Así que no debemos exagerar.
El uso de analgésicos: Muchos somos culpables de tener de cierta manera el mal hábito de abusar de los analgésicos, esto hablando de aquellos que no requieren de receta médica, principalmente para controlar el dolo de cabeza, fiebre, resfriados, inflamación, etc. este exceso puede dañar nuestros órganos, incluyendo nuestros riñones.
Las investigaciones muestran que los analgésicos pueden reducir el flujo de sangre a nuestros riñones y deterioran nuestra función renal. Además, el uso de analgésicos pesados o a largo plazo puede causar insuficiencia renal aguda o insuficiencia renal crónica que también es conocida como nefritis intersticial crónica.
Si hemos notado una disminución en nuestra función renal, no debemos tomar analgésicos sin consultar a nuestro médico. Incluso con una función renal normal, debemos utilizar los analgésicos tal como se indica, en dosis bajas y por un tiempo corto.
Una dieta de mala calidad: La proteína es buena para nuestra salud, pero un consumo excesivo de carnes rojas y otros alimentos a base de proteínas puede aumentar el riesgo de desarrollar alguna enfermedad renal. Es importante limitar la ingesta de carne roja para mantener una buena salud en nuestros riñones. Por otra parte, aquellos que ya tienen problemas renales deben evitar comer carne roja ya que pueden empeorar esta condición.
FUENTE: Buena Salud