Futbolista Rusa prefiere el amor que seguir en el closet
Todavía recuerdo claramente la comida con mis padres en nuestra casa de Samara.
Mi madre me hacía las preguntas usuales: "¿Cuándo vas a encontrar marido? "¿Hasta cuándo vas a casarte?"
Luego mi padre dijo: "Quizá lo que quiere es estar con una mujer".
Mi madre le pegó en la nunca, como si hubiese dicho una tontería.
Para mí no era una tontería. Era la verdad.
Dije: "Sí, tienes razón".
Mi madré empezó a llorar. Hasta este día no sé si eran lágrimas de tristeza o felicidad, pero dijo: "Te amamos mucho. Eres nuestra hija, no importa nada más".
En ese momento me sentí segura y liberada.
La cena ocurrió hace casi cinco años.
Entonces jugaba futbol profesionalmente en Rusia, para equipos de primera división como Ekostrom, CSK VVS y el equipo nacional juvenil de mujeres.
Después abandoné mi carrera por mi amor verdadero: Jenja. Queremos casarnos y estamos ahorrando para una boda en Las Vegas dentro de dos años.
Salir del clóset puede suponer que los patrocinadores y directores de clubs te den la espalda.
Es brutal la situación en Rusia para gente como yo. La homosexualidad (especialmente en el futbol) es un tabú.
Salir del clóset está acompañado del miedo a que nuestra sociedad, como buitres, nos ataque con acusaciones morales.
Los dedos te señalan: "Mírenla. ¡Hay algo malo en ella! ¡No debería jugar futbol!"
Me gustaría decirles que jugar futbol no tiene nada que ver con amar a alguien.
Mi sexualidad no está relacionada con mi rendimiento atlético.
Pero la sociedad rusa no está de acuerdo.
Y salir del clóset puede suponer que los patrocinadores y directores de clubs te den la espalda. Tu carrera está destruida, y su tu familia no te acepta, también tu vida.
Por esta razón ningún futbolista profesional ruso o rusa ha hablado abiertamente de su homosexualidad.
Sin embargo yo no quiero seguir callada. Quiero hablar de ello públicamente, por primera vez.
Porque ya no quiero tener miedo. Mi carrera futbolística ya terminó. Mi jefe del trabajo sabe que soy gay. Mis amigos lo saben, así como mis padres desde aquella cena hace cinco años.
Y quiero brindar apoyo a cualquier persona que pueda encontrarse en una situación similar.