La políticas de algunas discotecas o clubs siempre han generado polémicas: están lo de cobrar más por la entrada a los hombres que a las mujeres, lo de regalar copas a las mujeres que venían sin bragas que tanta controversia causó, y también lo de discotecas gays que vetan la entrada a mujeres. A todo esto sumamos ahora una polémica más que nos ha dejado alucinando. Un club gay cobra más a los pasivos que a los activos. La primera pregunta que nos hacemos al respecto es: ¿cómo saben quién es activo y quién es pasivo? ¿Le hacen una prueba en la puerta o piden un carné?
La polémica tuvo lugar el mes pasado en una fiesta sexual en un club gay en Brooklyn, que bajo el nombre Anonymous reunía a hombres homosexuales, pero no bajo las mismas condiciones. Sus organizadores promocionaban la fiesta con mensajes muy sexuales, diciendo que habría hombres con los ojos vendados a disposición de quienes los quisieran disfrutar y con una peculiar política de precios: los activos pagan 25 dólares por la entrada y los pasivos pagan 65 dólares, más del doble.
Por supuesto las redes sociales empezaron a cuestionar esta política de precios tan criticable, como es normal. ¿Y es que nadie piensa en los hombres gays o bisexuales que son versátiles? El promotor de la fiesta, que se identifica como pasivo, dice que decidió establecer estos precios para garantizar que iba a haber muchos más activos que pasivos: "la fiesta funciona con pasivos voluntarios para recibir las corridas de los activos, se colocan en posición para toda la fiesta y se quedan ahí todo el tiempo que quieran". ¿Esto es pasivofobia o una razonamiento aceptable? Juzga tú mismo.
FUENTE: Cromosomax