Una de las partes del cuerpo que quizá sea de las más delicadas y de las que más puede padecer los excesos a la hora de entrenar son los hombros. La mayoría de las lesiones que sufrimos por mala ejecución o por sobrecargas suelen concentrarse en esta parte del cuerpo. El problema reside en que casi para todos los ejercicios utilizamos la articulación del hombro. Por ello es necesario tener presentes algunos puntos para evitar lesionarnos estar parte del cuerpo.
Ante todo es muy importante que sepamos que el hombro está formado por cuatro grandes músculos que son los encargados de sujetar los huesos y que forman la articulación. Junto a ellos estarían los tendones que los unen entre sí. A priori no existe nada significativo, pues todas las articulaciones del cuerpo funcionan de la misma manera. La diferencia en este caso reside en la gran movilidad que el hombro tiene, lo que le involucramos en las actividades que realizamos y que los músculos que lo componen no son de los más fuertes del organismo, por lo que nos podemos hacer daño fácilmente.
En primer lugar hay que tener en cuenta que los movimientos de las articulaciones cuando estamos entrenando nada tienen que ver con los que realizamos en nuestro día a día. Sobre todo es importante saber que al entrenar estamos levantando una carga, que ya de por sí supone una resistencia para los músculos y las articulaciones. Esto es lo que hace que al entrenar los movimientos que vamos a ejecutar, sobre todo en los que están implicados los hombros, deben ser suaves y nada agresivos.
Para evitar forzar las articulaciones que componen los hombros lo que haremos será movimientos sencillos y siguiendo un plano, es decir, si por ejemplo realizamos elevaciones frontales, es necesario supeditarnos a ese movimiento y no realizar combinado otro en el mismo movimiento. Al combinar varios tipos de movimiento con peso lo que podemos conseguir es una sobrecarga derivada de un movimiento que no es el adecuado y que puede acabar dañando la articulación que compone el hombro.
Como decíamos antes, los músculos que componen los hombros y que se encargan de que la articulación se mueva, así como los tendones, son fuertes y eficaces, pero no tanto como otros que podemos encontrar en el cuerpo. Se trata de músculos medianos y como tal hay que tratarlos. No es nada aconsejable sobrecargarlos y para evitarlo hay que elegir bien las cargas que vamos a usar. No es recomendable elevar cargas demasiado pesadas, pues la tensión puede ser excesiva e involucrar otros músculos y quizá obligarnos a hacer movimientos que no son nada recomendables y que pueden acabar generando una sobrecarga y con ello una lesión.
A esto hay que sumarle lo importante que es aliviar la zona de la tensión que se haya podido acumular. La tensión puede deberse a varias razones como las que hemos expuesto anteriormente o por un desequilibrio en los músculos que conforman la parte delantera con la trasera del cuerpo. No hay que olvidar que los músculos de los hombros están directamente ligados a los pectorales. SI tenemos unos pectorales fuertes y unos músculos de la espalda más débiles este desequilibrio puede ocasionar una tensión extra en las articulaciones del hombro. Por ello es importante entrenar la parte delantera y la trasera del cuerpo de la misma manera, ya que es necesario conseguir un equilibrio entre ambas partes.
Otra forma de aliviar tensión en la zona de los hombros es mediante los estiramientos que debemos realizar de manera habitual. Estirar adecuadamente y dedicando el tiempo necesario nos ayudará a mejorar la movilidad de los hombros. Además, conseguiremos un riego sanguíneo mejor y con ello una recuperación de todas las fibras que lo componen. Especialmente los tendones se mantendrán más elásticos y en mejor forma. También una buena manera de aliviar la tensión que se concentra en los hombros día tras día es colocándonos boca arriba tumbados en el suelo y extendiendo únicamente los brazos en cruz. En esta postura, sin hacer nada, nos mantendremos durante 10 minutos y lograremos activar la circulación en la zona y aliviar la tensión de los músculos en esta parte.
Es necesario que seamos conscientes siempre de que los hombros son una parte del cuerpo necesaria, útil y efectiva, pero a la vez muy delicada. Al ser necesarios para cualquier movimiento que realicemos con los brazos es fácil sobrecargarlos y corremos muchos riesgos de hacernos daño. Para evitarlo es necesario fortalecer los músculos que los conforman, pero no a cualquier precio. Es importante ser conscientes de ello y trabajar de manera responsable y controlando en todo momento los movimientos, la ejecución de los ejercicios y la carga. Si hacemos esto seremos capaces de conseguir unos hombros fuertes y sanos.
FUENTE: vitonica