No se pueden negar los muchos beneficios de las lagartijas. No sólo es un ejercicio fantástico para trabajar pectorales, deltoides y tríceps, sino que también es un movimiento de cuerpo completo que la gente no aprecia. Varios estudios de electrocardiograma (EKG) demuestran que las lagartijas son uno de los ejercicios más eficaces para involucrar a los músculos de tu core.
Por otra parte, la lagartija es un ejercicio muy versátil. No requiere ningún equipo -sólo tu peso corporal- por lo que se puede realizar en cualquier lugar, y puede ser utilizado como un ejercicio de fuerza, como ejercicio correctivo, o como parte de un circuito de acondicionamiento metabólico para hacerte odiar la vida.
Lo irónico es que ningún ejercicio obtiene más es más subestimado cuando lo incluyo en un programa de entrenamiento. A pesar de su conocida reputación como un ejercicio básico, cada vez que lo pongo en un programa, muchos de los tipos con los que trabajo me ven con unos ojos, como diciendo: "¿En serio, Tony? ¿Que sigue? ¿Mancuernas color rosa?
Curiosamente, a pesar de esa pretensiosa actitud, es raro que alguien haga bien las lagartijas desde el primer día, ya no hablemos de varias repeticiones.
Aquí están los cuatro errores más comunes que veo:
No coloque las palmas en el piso y luego las olvides. Extiende tus dedos tanto como puedas. Agarra el piso con las manos y simultáneamente mueva las palmas hacia abajo y gírelas hacia afuera como si estuviera tratando de rasgar el piso entre ellas. Sus codos y bíceps deben girar para que se enfrenten uno al otro.
Esto ayuda a proporcionar más estabilidad en los hombros y la tensión en todo el cuerpo, por lo que serás más sólido a lo largo del ejercicio.
Otro error común es permitir que tus caderas caigan hacia el piso. Cuando esto sucede, pones un montón de estrés en la espalda baja.
Para evitar este mal hábito, fortalece tus abdominales y mantenlos activos durante todo el movimiento. Hacerlo provocará más tensión en todo el cuerpo y ayudará a colocar la pelvis en la posición correcta.
Dejar caer la cabeza mientras bajas, le provoca mucho estrés a tu cuello y promueve muchos de los problemas posturales comunes que tienen los individuos que se la pasan sentados en el escritorio todo el día.
En vez de esto, mantén la cabeza por arriba del pecho mientras bajas. Tu pecho debe golpear el suelo primero, no tu cara.
Cuando bajas, tus omoplatos se retraerán o se unirán. Sin embargo, a medida que subes, debes permitir que los omóplatos se alarguen.
Se supone que tus omóplatos se muevan alrededor de tu caja torácica durante una lagartija, y mantenerlos juntos todo el tiempo puede provocar algunos desequilibrios y problemas de hombro más adelante.
FUENTE: Men's Health