Este plan de cuatro puntos te hará perder peso sin pasar hambre. Los consejos son sencillos, pero tu voluntad y disciplina deben ser grandes.
Michael Sachs le encanta comer. Antes, cuando ordenaba pizza no se limitaba a dos rebanadas, era muy probable que se comiera hasta seis. "Si escogía espagueti no me conformaba con un plato, tenían que ser tres", asegura.
Hoy a sus 55 años recuerda que hasta hace poco era una persona de 1.95 metros de estatura con un sobrepeso de 105 kilogramos y unos hábitos alimenticios que le habían ocasionado diabetes. "Fui de un doctor a otro y cada uno me prescribía una dotación de medicamentos, pero no resolvía mi problema."
"Todos los productos de mi nuevo plan son alimentos comunes y con alto contenido de fibra", explica. "Eliminé los carbohidratos ricos en almidones y procuré ingerir seis platillos ligeros al día en vez de tres abundantes. En la noche cuando me sentía desesperado por algo dulce, comía queso ricota mezclado con canela en polvo, un endulzante artificial, un poco de vainilla y semillas de girasol. El resultado era un sabor similar al de un helado."
En menos de seis meses, Sachs no sólo perdió 10 kilos, sino que el índice de glucosa en su sangre se redujo a menos de 100. Su presión sanguínea y colesterol también descendieron de forma favorable. Además de todo, cada mes ahorró más de 400 dólares que empleaba en la compra de fármacos.
El plan de nutrición que llevó a cabo mantiene un bajo contenido de carbohidratos y satisface tus necesidades de grasa. Pero ocasionalmente puedes comer alimentos "prohibidos" para que no te sientas completamente limitado. Lo más importante es que es muy sencillo incorporar este tipo de dieta a tu vida diaria sobre todo si buscas reducir mucho peso o sólo esos últimos cinco kilos que llevas tiempo tratando de eliminar.
Los especialistas del Center for Balanced Health recomiendan a sus pacientes el consumo de carbohidratos altos en fibra y bajos en almidones. Pero ¿cuál es la razón? La fibra evita que aumente el nivel de glucosa en la sangre y te ayuda a sentirte satisfecho. Mientras que los otros compuestos hacen lo contrario. Date cuenta de que los alimentos ricos en almidones -como la pasta, el pan y el arroz- suben rápidamente el azúcar en la sangre, lo que representa un gran problema porque este proceso es como un gatillo que obliga al páncreas a disparar un flujo de insulina, la hormona que hace bajar los niveles de glucosa, pero también le avisa a tu metabolismo que debe almacenar grasa.
¿Cómo elijo los mejores carbohidratos? Son casi todos los vegetales, pero al principio de la lista se encuentran el brócoli, la espinaca, las coles de Bruselas y los pimientos -que además son bajos en almidones. Lo mejor es que como todos estos productos también son reducidos en calorías, puedes comer la cantidad que desees. Otro secreto para identificar los que te convienen es elegir los que cuentan con menor industrialización, los frutos frescos en vez de los enlatados o las nueces crudas en lugar de las tostadas, por ejemplo. Los granos enteros -como centeno, arroz salvaje, avena o cebada- son mejor que los preparados con harina (como los cereales comerciales), aun cuando ésta sea integral.
Con este término nos referimos a aquellos que son producidos naturalmente y están libres de componentes sintéticos. Los alimentos "limpios" no contienen...
Muchas de estas sustancias pueden afectar tu salud, y estamos seguros de que no benefician a tu metabolismo -ni te ayudan a bajar de peso. Por ello no debes consumir comida procesada porque es una enorme fuente de estos ingredientes. Pero, ¿cómo puedes saber cuáles productos no han sido adicionados con esas sustancias? Aquí te damos dos pistas:
Las grasas trans están relacionadas con trastornos de la salud como la obesidad. Las naturales, también llamadas grasas reales, son mejores para tu cuerpo, incluso aquellas que derivan de los animales. Para tu consumo puedes elegirlas de diferentes fuentes, incluyendo:
Así que adelante y sin miedo, cómete un huevo, añade aguacate a tu ensalada, cómete el pellejo del pollo rostizado. Para tu ensalada usa aceite de verdad, no light. Disfruta la grasa, y hazlo sin remordimientos; siempre y cuando las porciones sean razonables, estarás bien.
Nadie quiere ir por la vida sin poder tomar una cerveza o disfrutar un helado de vez en cuando. Por esa razón, este plan de cuatro puntos te permite darte un gusto cada semana con tu alimento preferido. De los alimentos que enumeramos a continuación elige tu preferido y descubre cómo puedes disfrutarlo con responsabilidad.
Helado. Cómete uno después de cenar, cuando pasarán varias horas para que vuelvas a ingerir alimento. Elige aquellos preparados con frutas naturales, que no tienen aditivos. Azúcar, crema y leche deben ser los únicos ingredientes que aparezcan en la etiqueta que acompaña al producto.
Cerveza y vino. Aunque continúe la hora feliz en el restaurante después de cenar, tienes que considerar que estas bebidas son un postre, por lo que sólo debes limitarte a consumir 350 ml de cerveza y 150 ml de vino o 20 ml de licor digestivo.
Botanas saladas. Una vez a la semana podrás consumir una botana que sea libre de grasas trans como los pretzels o las papas horneadas. Siempre que te des este gusto, acompaña el snack con algún alimento que tenga grasa de lenta digestión para que puedas mantener el control de lo que comes.
FUENTE: Men's Health