No podemos negar que el consumo de porno gay es una realidad en el día a día de muchos hombres gay, y siempre estará el debate sobre que tan bueno es para tu salud sexual el consumirla de forma regular, por eso de que altera la realidad, creando expectativas irreales sobre tu sexualidad (muy acertado por cierto).
Por eso, hoy nos dimos a la tarea de ver cuales son las principales diferencias entre el porno gay y el sexo real, para que lo tengas presente, y puedas distinguir la realidad de la fantasía.
No importa si está casado, si tienen novia, sea quien sea, heterosexual o no, es súper fácil de ser seducido, algo que muchos gays se lo creen, pensando que en realidad no existe el hombre heterosexual, solo depende de la cantidad de alcohol que haya ingerido.
Seamos realistas, nadie aguanta, ni se dilata lo que se dilatan en escena si no usan poppers, es más las erecciones del pasivo disminuyen, justamente por eso.
Lo que nunca se ve, es a los encargados de mantener la erección de los actores, quienes detrás de cámaras usan Viagra y otros métodos para que la erección dure mucho tiempo.
Si viviésemos en el mundo del porno gay, el ano mágicamente se abre para que el pene entre fácilmente, el lubricante, simplemente no existe, ¿verdad o fantasía?
Los hombres somos como las serpientes, podemos tragar lo que sea y jamás habrá un reflejo.
Al parecer no hay nada mas que un hombre gay ame que a otro hombre en uniforme, y esta fantasía se lleva al extremo en donde todo uniformado es gay.
El pasivo es incansable, no hay necesidad de descanso o cambiar de posición, le puede dar duro por horas y no pasa nada.
A ver, los condones existe, y son algo que todos tenemos que usar, y aunque queramos, no es algo que mágicamente aparezca en nuestro pene, nos lo tenemos que poner.
Cualquier hombre es el equivalente a un muñeco inflable que se estira, dobla y se mueve sin problema alguno, ni dolor, sus extremidades pueden ir a donde sea.
Las estrellas porno son los atletas olímpicos del sexo, pueden durar lo que sea, sin ningún esfuerzo.
Hay tanto incesto en el porno gay, que los gays se lo están comenzando a creer y cada vez más hombres buscan sexo incestuoso…. mmm.
Si esto fuese cierto en la vida real, dejarían de existir la mayoría de los problemas que tiene el hombre gay, ser activo o pasivo, todos seríamos versátiles… sería el mundo ideal.
Solo existe una medida, la enorme… y punto. En la vida real, pocos tienen los tamaños de los hombres que vemos en la pornografía gay, y esto también causa enormes problemas para la vida sexual de las personas.
La clásica escena en donde el doctor seduce a su paciente luego de hacerle un examen anal, se quita la bata o su traje médico y debajo, cero ropa interior. ¡Nadie la usa!
El porno ha terminado con los masajes profesionales, si un hombre te va a dar un masaje, asumes que habrá final feliz, o al menos, tú estarás los suficientemente excitado para esperarlo.
Las parejas del porno gay, jamás se comunican, jamás dicen más fuerte, más suave, cambia de posición, mágicamente leen la mente del otro, y listo, lo hacen.
Se entiende la lógica de que se busca ver la venida, sin embargo, no siempre uno se viene en donde se pueda ver.
Aparentemente cualquier hombre heterosexual tiene un precio, y este dependerá si quieres que sea activo o pasivo. Tristemente esto se ha hecho tan real, que hasta los hombres heterosexuales se la han creído y ahora los ves en apps de sexo buscando clientes.
El sexo entre dos hombres requiere de muchas toallas, tienes que limpiar el lubricante, el semen, y otras cosas menos agradables de describir, pero en el porno gay, no hay problema, todo se limpia mágicamente.
Como verán, son muchas las diferencias, el problema es que estas diferencias terminamos dándolas por hecho y creemos que la vida real es así, creando expectativas irreales de lo que debería de ser nuestra sexualidad y nuestras parejas, encontrando solo infelicidad, incomprensión e insatisfacción. Es ahí en donde me pregunto, ¿realmente valdrá la pena utilizar ese facilitador al momento de masturbarte?
FUENTE: Edgy Podcast