Un cuerpo escultural y perfectamente proporcionado puede resultar seductor -y hasta tentador- para cualquier mortal. Bob Mizer bien lo supo. Por esto el audaz fotógrafo y cineasta norteamericano empezaría a practicar su arte adelantado en el tiempo y haría conjunción de la fotografía y el erotismo del cuerpo masculino. En 1942, fecha en la que este tipo de material documental era considerado ilícito, se descubrirían sus primeras instantáneas en blanco y negro, hecho que lo pondría en la cárcel -por nueve meses- por distribución ilegal de material “obsceno” a través del servicio postal estadounidense. Sin embargo, seguiría, y con mucho fervor, retratando a modelos fisicoculturistas en cuadros sugerentes y sensuales, tanto como lo permitiese la ley, con poca ropa y mucha insinuación.
En 1945 fundó su estudio Athletic Model Guild (AMG) en el que capturó, con ayuda de su cámara, a hombres de cuerpos tallados a la perfección. Esta fascinación por la fotografía de bodybuilders lo llevaría a capturar alrededor de un millón de imágenes y miles de películas, lo que lograría catapultarlo como el precursor de la pornografía gay. A través del carácter icónico, legendario y reacio de Mizer, la editorial Taschen ha realizado una curaduría de sus dos primeros catálogos de fotografías en los que figuraban todos los hombres lujuriosos que había fotografiado: 1000 Model Directory. Esto resulta en dos tomos de imágenes nítidas, provenientes de los negativos originales de 4×5 pulgadas y en el que resaltan estrellas de cine como Alan Ladd, Ed Fury, Glenn Corbett y Nick Adams. El arte provocativo y sugestivo de Mizer es contenido en estos dos tomos de muchísimas hojas y muchísimos cuerpos magníficos.
FUENTE: Luster
