Una de las prácticas más PELIGROSAS: así es el CHEMSEX.

El año pasado se registraron en España más de 153.000 nuevos casos de contagio de VIH. La percepción del virus como algo no mortal provoca que mucha gente, tanto hombres como mujeres, gays o heterosexuales o bisexuales o transexuales, se tomen las precauciones y el sexo seguro un poco más a la ligera. Los peligros del sexo sin protección van mucho más allá del VIH. La cantidad de enfermedades de las que te puedes contagiar y que pueden cambiar tu vida a peor son muchas. Por eso, nunca nos cansaremos de recomendarte que practiques todo el sexo que quieras, con quién tu quieras, pero con cabeza y siempre con un condón a mano.

Hoy vamos a hablarte de uno de los últimos fenómenos sexuales que más se ven, no solo entre el colectivo LGBT sino en todo el mundo. El chemsex. Bajo un nombre tan atractivo y pegadizo se esconden unas prácticas peligrosísimas, que pueden poner en peligro tu vida y la de los que te rodean. Pero empecemos por el principio.

¿Qué es el chemsex?

El sexo químico es la nueva moda sexual que lleva ya tiempo instaurada en toda Europa, especialmente en Reino Unido. Consiste en practicar sexo consentido bajo los efectos de drogas psicoactivas. Y aunque lo practican todo tipo de personas, el British Medical Journal asegura que son los homosexuales los más propensos al chemsex, al menos en Reino Unido.

Las drogas que más se utilizan en estos casos son la metanfetamina de cristal, la mefedrona, el GHB y el GBL. ¿Qué se consigue con esto? Generar relaciones sexuales de larga duración: puedes estarte horas con la otra persona e incluso días, o cambiar de persona y seguir en el mismo estado deplorable. Esto, por supuesto, puede limitar también tu libido, a la vez que no te hace del todo consciente de lo que haces, por lo que puedes acabar manteniendo relaciones sexuales con personas que no conoces, sin ningún tipo de protección y pillando alguna enfermedad de la que luego te arrepentirás.

Los efectos secundarios del chemsex

La mayoría de drogas usadas en el chemsex crean una dependencia absoluta, tanto física como psicológica, lo que aumenta aún más el peligro y hace difícil "desengancharse" de esta práctica. Además, los días que pierdes mientras practicas chemsex no te los devuelve nadie, y te puedes pasar horas o días sin comer ni dormir ni beber, por lo que las consecuencias para tu cuerpo pueden ser fatales.

Nosotros apostamos por vivir una vida libre, por probarlo (casi) todo un poco, por no juzgar a nadie por sus actos, por divertirse sin pensar en el qué dirán, pero al final, lo más importante es uno mismo, y sin salud no somos nadie. Así que recuerda, disfruta y pásatelo todo lo bien que quieras, pero recuerda que si aprecias tu vida, deberías tener cuidado con ciertos aspectos de la vida.