Cuando un padre revela a su familia ser homosexual





Mucho se habla de que la verdad debe estar por encima de la mentira y que el ocultamiento es una forma de deshonestidad.

Carlos Alberto se sentía un hombre deshonesto, pues desde antes de casarse sabía que era homosexual. Las conversaciones que había tenido en su infancia eran totalmente contrarias a vivir su sexualidad de manera libre, esto porque su familia rechazaba todo lo relacionado con este tema.

Su padre nunca aceptaría a un hijo gay, por tal razón, llegada la edad de tener novia, escogió a una chica ingenua con la que aparentaba estar enamorado, los años trascurrieron, decidió casarse y de esa manera dejar tranquila a su familia.

La vida sexual de esta pareja fue como un ritual, sólo era en una posición, distante, tediosa y postergada, al grado de trascurrir hasta dos meses para tener una relación coital. Los besos eran solo un contacto mínimo y sin caricias. Aún con este distanciamiento sexual concibieron tres hijos.

Carlos Alberto usaba su teléfono celular para establecer contactos sexuales fugaces con otros hombres, algunos casados, que mantienen una doble vida. Acordaban reunirse en un hotel para sostener una relación sexual y consumar sus fantasías sexuales. Luego regresaba a casa a representar su papel de esposo y padre.

Todo iba bien hasta que Carlos Alberto conoció a Daniel, un joven arquitecto que estaba interesado en vivir abiertamente una relación de pareja. Este conflicto emocional, moral y sexual, le fue robando horas al sueño y las noches de desvelo se fueron sumando. Llegó el momento de preguntarse a sí mismo si era capaz de mantener este secreto que cada día le quemaba las entrañas.

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¿Cómo expónerselo a su esposa? ¿Cómo lo tomarían sus hijos? El deseo sexual por Daniel se confrontaba con el amor por sus hijos y el remordimiento frente a su esposa le mortificaba. Daniel le exigió definiera su situación y Carlos Alberto tomó la decisión de confesarlo frente a su familia.

NUEVA REALIDAD

Don Domingo era padre de familia, severo en su moral, exigente con su esposa y sus ocho hijos. Sesenta años de vida, la mayoría dedicados a levantarse temprano para atender la tienda de abarrotes, hecho que le había dado honorabilidad y respeto en su barrio.

Un día todo cambió, Don Domingo se hizo amante de uno de sus empleados y su anterior conducta arisca y severa, dio paso a una actitud afeminada y melosa con su nueva pareja.

Sus hijos no tuvieron que preguntar nada, lo descubrieron de la noche a la mañana, su padre había cambiado su orientación sexual. Tanto su esposa como los miembros de su casa y amigos no daban crédito a esta conducta.

¿Qué había pasado? ¿Don Domingo era homosexual desde antes o que había ocurrido?

MUCHAS PREGUNTAS-POCAS RESPUESTAS

El impacto psicológico que tiene la esposa y los hijos cuando el esposo y padre confiesa ser homosexual o haber descubierto ese deseo irrefrenable de vivir esta orientación, es semejante a ver caer a pedazos el hogar de toda la vida.

En la mayoría de los casos se requiere apoyo psicológico para aceptar lo que en ese momento se considera una realidad inadmisible ¿Cómo qué mi papá es homosexual? ¿Entonces, siempre fingió su masculinidad con nosotros? Son algunas de las muchas preguntas que los hijos se hacen y no obtienen contestación.

La mujer que vivió al lado de un hombre que en algún momento le revela esta dolorosa verdad, experimenta rabia, miedo, temor, una mezcla de emociones que puede llegar a trastocar su equilibrio emocional.

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¿Es verdad que la honestidad consigo mismo es lo más importante y que de ahí se parte para hacer bien las cosas? Decir la verdad a la esposa y los hijos dará salida a la presión interior que experimenta el hombre que ha estado ocultando esta condición y le ofrecerá una liberación, pero a su familia no.

La sensación de vacío que experimentan les obligara a preguntarse qué parte de lo vivido en la relación fue verdadera. El enojo y frustración ante esta revelación puede desencadenar trastornos emocionales o físicos. El impacto de la verdad hará temblar las estructuras mentales de cada uno y el alivio comenzará cuando se estructure una vinculación con el padre en su actual orientación sexual.

Este tránsito de pasar por etapas de negación, rechazo, rabia, bloqueo emocional, hasta llegar a la aceptación puede llevar meses, años o no llegar nunca. Quedarse aferrado al dolor o liberarse son soluciones alternativas que cada cual debe vivir en su circunstancia y momento.

TOMAR TERAPIA

Buscar ayuda profesional, acompañamiento psicológico o apoyo psiquiátrico hará más llevadero el proceso de aceptación de la orientación sexual del padre.

No es posible evitar los daños, pero sí disminuirlos. Enfrentar a solas el proceso de entendimiento y reconstrucción del vínculo afectivo con el padre no es aconsejable.

La relación amorosa que el padre logró con los hijos durante el vínculo de pareja, hará una gran diferencia a la hora de buscar una nuevo lazo afectivo.

El amor se construye día con día y aún cuando el dolor dificulta la cercanía, las heridas pueden ir sanando poco a poco.

La mujer que tiene que continuar su vida sin el esposo que idealizara tiempo atrás, requerirá de un proceso terapéutico suficiente para dotarle de consciencia de que la decisión de su pareja respecto a su orientación sexual no fue por ella y que de ese momento en adelante tendrá una nueva vida para construirla.



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