Una lectura en frío y un actor o actriz sin instrucciones ni director, un escenario sin más aditamentos que una mesa, una escalera y dos vasos de agua, además un sobre sellado que contiene una suerte de libreto o memorial donde el autor comparte su experiencia y la historia que estamos por presenciar sin repaso previo.
El iraní Nassim Soleimanpour es el autor, quien utilizara su pluma como una protesta, como un escape que traspasa fronteras y un cálido esparcimiento para quien tome el reto, pues tras negarse a cumplir su servicio militar, le fue negado incluso su pasaporte por lo que se ve recluido en su país e ingeniosamente dio vida a este texto, de modo que su creación recorriera el mundo y fuera leída y escuchada por otras personas, otras lenguas, otras interpretaciones y tal ha sido el impacto que ha sido traducido a más de 15 idiomas y ha sido interpretado por figuras tales como Whoopi Woldberg, Alan Cumming, Patrick Wilson o Cynthia Nixon.
Con mucho que decir y nada que compartir, el contenido es un cautivante y celoso silencio donde la sorpresa es el principal factor a guardar para poder disfrutar de la peripecia que resulta, pues precisamente más que una obra de teatro es una experiencia teatral con base en un experimento donde incluso el espectador es partícipe y gran testigo de la inmersión a un cúmulo de instrucciones cuya única sugerencia restrictiva es no compartir lo visto para no terminar con el factor de la novedad.
Una gran variedad de luminarias han aceptado el reto y es que una de las principales condiciones para llegar al escenario, es no haber visto anteriormente la puesta para crear una atmósfera completa donde actor y espectador se unan en descubrir y desentrañar un texto de tinte nostálgico que incluso recorre la valía y el emprendimiento de gran ingeniosidad para ser escuchado sin siquiera estar presente.
Es toda una experiencia que al no contar con un texto memorizado como tal, el guion toma vida según la improvisación y el carisma de quien le aborda, donde la sorpresa es el ingrediente de picardía y de ingenio que adereza el momento.
Conejo blanco, Conejo rojo es ideal para tener un acercamiento íntimo a nuestros artistas favoritos en una faceta muy diferente a lo acostumbrado y descubrir una pericia teatral fuera de lo común. Se presenta actualmente en La Teatrería con funciones los días miércoles a las 20:30 así que consulta las redes y páginas oficiales para ver el rol de elenco y no perderte a nadie.
Compra tus boletos aquí
Por Gualberto Ortiz para Boy4ME