La depresión es uno de los problemas de salud mental más incapacitantes que puede haber, de acuerdo a estadísticas de la OMS se estima que más de 300 millones de personas a nivel mundial la padecen, afecta a niños, adolescentes y adultos y muchas veces no es tan evidente, por lo que cuesta trabajo identificarla.
Estadísticamente, afecta más a mujeres que a hombres, sin embargo, en muchos casos, se presenta de manera silenciosa o velada, sobre todo, por ejemplo, en el caso de niños y de hombres. Los niños no cuentan con los recursos internos necesarios para poder articular qué sienten y cómo esto los afecta en su vida diaria, les es difícil poner en palabras la dinámica de su mundo interior y entonces, presentan síntomas de depresión que se pueden confundir con otros padecimientos.
LA DEPRESIÓN EN HOMBRES
En el caso específico de los hombres, no podemos generalizar, pero partiendo de la cultura en la que estamos inmersos, es menos probable que el hombre hable de lo que siente e incluso que lo identifique, al hombre se le educa para ser fuerte y exitoso. La depresión masculina existe y es también común, tal vez más de lo que creemos, pero se puede confundir con estrés constante, baja tolerancia, irritabilidad o ansiedad atribuidos al trabajo, o bien, se camuflajea bajo la máscara de las adicciones (al alcohol, drogas, al sexo, videojuegos y trabajo), también, es común que los hombres consulten al médico por padecimientos físicos: migraña, cansancio, insomnio y dolencias físicas como problemas del corazón; sin identificar si estos tienen su origen en un problema de depresión emocional.
La lista de síntomas es variada, pero para enfocarnos, la característica principal de la depresión es la dificultad para vivir y para disfrutar de la vida. Ya sea que se manifieste en forma de tristeza constante, de indiferencia y falta de motivación, o de mal humor, agresividad e irritabilidad, la depresión incapacita para rendir en el trabajo y disfrutarlo, inhibe la creatividad y dificulta el acercamiento con amigos y familia cercana. Para poder tratarla es importante primero reconocerla y estar conscientes de que existe un problema que si se deja pasar, se hará crónico. Se tiene la idea de que al dejar pasar todos aquellos sentimientos que no son positivos, desaparecerán, pero es al revés, la depresión se agudiza conforme pasa el tiempo, e incluso, hay personas que se “acostumbran” a vivir así, sin ganas, sin deseo y sin poder disfrutar.
¿CÓMO HABLAR LA DEPRESIÓN?
En el caso de los hombres algunos casos pueden ser más complicados de tratar, ya que no es usual que el hombre se muestre vulnerable y dispuesto a hablar de su fragilidad. Sin embargo, es importante que todos aquellos hombres que se encuentran en esta situación, sepan que no es justo para ellos vivir así y que hay otras maneras de transitar por la vida. La mayor prueba de fortaleza que pueden demostrar es hacer lo que esté en sus manos para sentirse mejor, para poder disfrutar y para poder conocerse, así, serán mucho más capaces de ser productivos, de amar y de crear.
Algunas recomendaciones para hablar y tratar la depresión masculina son:
Primero hay que identificarla. Si te cuesta trabajo disfrutar de la vida diaria, solo te sientes tranquilo cuando consumes alcohol o alguna droga, estás de mal humor constantemente y te irritas con facilidad, tienes problemas para conciliar el sueño, te sientes cansado la mayor parte del tiempo, ansioso y es muy difícil que te emocione alguna actividad o situación. O bien, tienes dolencias somáticas frecuentes, es importante acudir con un profesional para poder hacer una exploración más detallada de lo que está pasando. No necesariamente quiere decir que al presentar uno o más de estos síntomas estés deprimido, pero sí quieren decir que algo no anda bien. No es esperado que una persona se sienta así de manera constante.
Ya que se identificó que algo no anda bien, hay que saber que el tiempo no desaparecerá el malestar. Al contrario, dejarlo pasar puede traer consecuencias mucho más dañinas y puede empezar a afectar en diferentes áreas de la vida.
Es recomendable hacer un ejercicio reflexivo para identificar desde cuándo uno se siente así y qué eventos agudizan o disparan ese malestar. Hay casos en los que la depresión se arrastra desde la infancia o bien, que es activada por alguna separación, pérdida o cambio no necesariamente negativo: cambio de trabajo, mudanza, casarse, nacimiento de un hijo.
Compartir o no el malestar emocional es opción de cada quien, dejar la depresión como un asunto privado es válido, pero eso no quiere decir que no se consulte con un profesional. Comunicar a familiares y amigos las dolencias físicas y emocionales es una decisión personal, hay gente a quien le funciona y hay a quienes no, pero la consulta profesional es aparte. Buscar una valoración y tratamiento profesionales ayuda a mejorar la calidad de vida.
Los hombres no son los únicos afectados por estereotipos e ideales sociales, en general, vivimos en un mundo que tiende a sobre valorar lo positivo y no querer ver lo negativo, que promueve la felicidad, la estabilidad y el éxito, como únicas metas valiosas, que se vuelven aún más valiosas al conseguirlas de manera fácil y rápida, sin tener que transitar por la frustración y el dolor.
Ser fuerte no significa soportar el dolor, sin quejarse, sin hablar y sin expresar lo difícil de la vida. Para poder iniciar un tratamiento, tal vez funcione primero, reflexionar sobre los prejuicios e ideales que cada quien tiene. A los hombres muchas veces se les educa para ser exitosos y no sentir su parte frágil, esto puede modificarse; no es una cuestión de sexo, sino de cultura e historia de vida. Hombres y mujeres pueden ser exitosos y vulnerables a la vez, una cosa no excluye a la otra.
La depresión se puede tratar, a veces con ayuda de medicamentos pero no necesariamente. Lo que sí es necesario es comprometerse a estar en un tratamiento que no es fácil ni rápido, ya que implica enfrentar partes de uno mismo de las que nunca se ha querido saber.
Si alguien que conoces o tú estás pasando por un periodo depresivo, es importante que te acerques a profesionales que puedan ayudarte, ya sea con especialistas o a lugares de asistencia gratuita como Saptel.
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FUENTE: Mens Health