Más allá de comer en exceso, no moverse lo suficiente o beber alcohol cada día, hay otros factores que influyen en nuestro peso corporal como las siguientes cinco cosas que pueden hacerte engordar y que seguro no lo sabías:
Los disruptores endócrinos son sustancias químicas que influyen en el funcionamiento de nuestro sistema neruoendócrino y por ello, pueden afectar hormonas, metabolismo y demás funciones del cuerpo.
Hay un grupo de disruptores endócrinos llamados obesógenos que promueven la adiposidad y el almacenamiento energético así como alteran señales de saciedad y apetito, por lo que pueden hacernos engordar más de lo que pensamos como indica un estudio realizado por científicos de California.
Este tipo de disruptores incluyen el bisfenol A, los derivados del benceno, los ftalatos, el DDT y otros que son usados en la elaboración de plásticos, de envases de alimentos, productos de higiene y limpieza o incluso, en cosméticos habituales. Por eso, debemos prestar atención a los productos que empleamos intentando identificar la presencia de estos disruptores endócrinos que a largo plazo y de forma acumulativa, pueden también promover el aumento de peso.
Aunque no todos, algunas drogas usadas para el tratamiento de enfermedades pueden ser causantes de un aumento de peso porque reducen el gasto calórico, alteran las hormonas de hambre y saciedad o generan efectos que nos estimulan a comer más y más.
Entre los medicamentos que pueden hacerte engordar, a causa de su forma de acción se encuentran antidepresivos, antiepilépticos, medicación psiquiátrica y algunos antidiabéticos según señala una investigación publicada en 2005.
Lo importante al momento de recibir la medicación por parte del médico tratante es indagar acerca de los efecto secundarios del fármaco y si entre ellos se encuentra un posible aumento de peso lo mejor es compensar este efecto con hábitos que promuevan el adelgazamiento, con el objetivo de no engordar pero sí recibir las ventajas de la terapia indicada.
Aunque siempre pensamos que al enfermarnos sufrimos una pérdida de peso, con muchas enfermedades sucede el efecto contrario.
Por ejemplo, si la enfermedad altera hormonas como sucede con el hipotiroidismo, es muy probable que el metabolismo reducido ocasione un aumento de peso aunque nuestros hábitos continúen siendo iguales.
También algunas enfermedades genéticas que generalmente se diagnostican en la infancia pueden producir un progresivo aumento de peso y entre sus síntomas se encuentra la obesidad, como es el Síndrome de Down a causa de un metabolismo reducido, el Síndrome de Prader- Willi que se caracteriza por un apetito insaciable, o el Síndrome de Cushing caracterizado por un exceso de cortisol en el organismo que altera todo el metabolismo pudiendo ocasionar obesidad.
Y como si fuera poco, algunos tipos de cáncer también pueden hacernos engordar a causa del tipo de tratamiento que deben recibir o sin causa aparente.
En estos casos, siempre con una terapia adecuada acompañada de buenos hábitos es posible compensar o contrarrestar el aumento de peso.
El tabaquismo es el peor enemigo de nuestra salud y aspecto físico, sin embargo, una de las consecuencias más frecuentes de su cese es el aumento de peso.
La nicotina del cigarrillo produce un mayor gasto calórico y reduce el apetito según una investigación publicada en la revista Diabetes, por eso, cuando esta sustancia deja de hacerse presente es habitual que comamos más y nuestro metabolismo consuma menos energía, todo lo cual nos conduce a engordar.
Sin embargo, el aumento de peso no compensa todos los grandes beneficios que tiene el abandono del hábito de fumar y lo mejor, puede evitarse haciendo ejercicio, comiendo más sano y descansando más para reducir la ansiedad, incentivar el gasto calórico y reducir el ingreso energético.
Si en invierno nos encerramos en casa con calefacción que nos permite vivir a 24°C y en verano hacemos lo mismo pero empleando un aire acondicionado para ello, es probable que a largo plazo tengamos un aumento de peso.
Nuestro cuerpo quema calorías por regular la temperatura corporal, pero al mantenernos en temperaturas confortables, cálidas y constantes es probable que ese gasto energético no lo tengamos como señala un estudio publicado en Obesity Reviews, lo cual a largo plazo se traduce en un tejido adiposo que es poco eficiente para producir calor y quemar calorías.
Por eso, es importante no calefaccionar en exceso ni abusar de los aires acondicionados en verano, pues exponernos a cambios de clima estacionales y a temperaturas variables nos ayuda a cuidar el funcionamiento del organismo y prevenir el aumento de peso.
No todo es cuestión de cuidar la dieta y el ejercicio, sino que el estrés, el descanso nocturno y también estas cinco cosas pueden hacerte engordar si no las tenemos en cuenta para cuidar nuestro cuerpo y su salud.
FUENTE: trendenciashombre