Los términos muerdealmohadas y soplanucas se han usado muchas veces de manera homófoba o haciendo gala de la pasivofobia de muchas personas, pero también hay que señalar que quien reduce el sexo gay a muerdealmohadas y soplanucas da por hecho que los gays solo tenemos relaciones sexuales siempre en la misma postura y no somos muy creativos a la hora de hacer acrobacias en la cama o fuera de ella. Y que los pasivos no deben hacer ruido ni gemir, para lo cual han de morder lo que puedan... La almohada es un elemento clásico en nuestras camas, pero puede ser mucho más que eso y ayudarnos a mejorar nuestra vida sexual.
Hoy en día usamos una almohada para dormir mejor y de manera más cómoda. Hay a quien le gustan grandes, gordas y largas, hay quien prefiere una finita e individual para no tener que compartirla con nadie. Pero mucho antes las almohadas tenían otros usos diferentes. En la antigua Roma los soldados usaban las almohadas para tener la cabeza en alto y permanecer alerta durante la noche, para defenderse de posibles ataques. En el antiguo Egipto los fallecidos posaban su cabeza sobre una almohada en las tumbas. Aquí en Europa las almohadas llegaron con la religión, ya que se usaban en las iglesias para arrodillarse durante las oraciones. En Oriente el uso de las almohadas era más místico: en China hacían almohadas de jade y creían que tumbarse en ellas tenía un efecto curativo, ya que las propiedades del jade podrían transferirse al cerebro.
¿Y qué puede hacer una almohada por ti hoy en día además de darte un buen descanso por las noches? Pues darte también un buen meneo por la noche, por la mañana o por la tarde, ya que es un elemento perfecto que casi podríamos denominar como juguete sexual. Una almohada puede usarse en casi cualquier parte del cuerpo, para acomodarla o elevarla y así darle un punto de vista distinto a las relaciones sexuales homosexuales.
La almohada facilita el acceso a algunas zonas
La manera más frecuente de usar una almohada durante el sexo es colocarle bajo las caderas o bajo la pelvis para disfrutar con la postura del misionero. Al elevar esta zona del cuerpo ayuda enormemente a facilitar la penetración en esta postura durante el sexo gay. Por un lado proporciona al gay activo una visión más clara de la zona anal, ayudándole a no equivocarse y acertar de pleno a la hora de penetrar. Los heteros tienen el problema de que se pueden equivocar de agujero, pero por suerte nosotros no tenemos que enfrentarnos con ese momento incómodo gracias a nuestra anatomía. Por otro lado hace que el pasivo esté más cómodo y relajado, sin tener que forzar ninguna postura para colocar su ano a la altura de su compañero sexual.
La almohada ayuda con la diferencia de altura
Hace unas semanas te dimos consejos para tener sexo gay cuando hay una gran diferencia de altura entre los dos hombres que van a tener relaciones sexuales. Así como algunas personas necesitan una pequeña escalera en la cocina para poder llegar a los estantes más altos, algunos gays necesitan almohadas durante el sexo para salvaguardar ciertas dificultades como la diferencia de altura. Cuando hay notables diferencias de estatura entre activo y pasivo el sexo gay puede complicarse más de lo debido. Para solucionar este tipo de situaciones viene muy bien una o más almohadas para elevar ciertas partes del cuerpo y que los dos implicados estén al mismo nivel. Para algunas posturas una almohada es imprescindible. Por ejemplo, podría ser la variante del misionero en la que el pasivo se tumba boca arriba sobre la cama dejando su ano al descubierto en el borde de la cama y el activo se pone en frente sujetando las piernas del pasivo para ayudarle. Esta posición no sería posible sin la ayuda de algunas almohadas para elevar el trasero del pasivo. También puede el activo usar alguna almohada de apoyo para arrodillarse en el suelo y estar más cómodo.
La almohada ayuda a elevar lo importante
Una almohada bajo las caderas hace más fácil y accesible la estimulación anal, algo fundamental durante la penetración, claro está. Cualquier pasivo te dirá lo impotante que es estar cómo durante la penetración, y no manteniendo posturas casi imposibles que terminan por hacer que no estés todo lo relajado que deberías estar en una situación así. Al intentar alinear alturas, elevando ano a la altura del pene y que tanto activo como pasivo estén cómodos, las probabilidades de orgasmo se multiplican, pudiendo llegar a un orgasmo anal si lo hacéis todo muy bien. Una almohada siempre ayuda a que todo tipo de maniobras en la cama sean un poco más fáciles.
Dicho todo esto sabrás ya que la almohada no está solo ahí para que reposes tu cabeza, para que duermas bien o para que la muerdas cuando no quieres que tus jadeos, gemidos y gritos se escuchen en todo el edificio. Sé creativo y prueba distintas posturas de sexo gay con almohadas.
FUENTE: Cromosoma X