Así se vivía la homosexualidad en América antes de su colonización.





Por otro lado, ¿cuánto de extraño es para el latinoamericano la homosexualidad? Cabe decir que es antiguo. El Chilam Balam nos menciona que fue habitual que durante la cuarta edad del mundo existiesen las relaciones entre personas del mismo sexo: las flores del Naxcit y sus compañeros.

Entre los Mayas-Yucatecos se encuentran figuras de barro en una perfecta orgía gay. En la cultura Mochica, asimismo, existen representaciones de este comportamiento sexual. Podemos apreciar otras figuras en el museo Rufino Tamayo de Oaxaca o en el museo de arte precolombino de Chile.

El cronista Bernal Díaz del Castillo dice al respecto: “Además desto eran todos ellos sodomitas y en especial los que vivían en las costas y tierras calientes, en tanta manera que andaban vestidos de en habito de mujeres, muchachos a ganar con aquel abominable vicio”.

Vasco Núñez de Balboa, en la zona ístmica se dedicó a perseguir y quemar a todos los homosexuales. ¿Los primeros crímenes de odio? La etnia en cuestión es la de los indios cuevas, en donde lo que él pensó un vicio era una institución social. En efecto, tenían una costumbre que obligaba a determinados individuos a educarse, vestirse y comportarse como mujeres. Y esto, para sorpresa de los españoles, ocurría en la mayoría de los territorios de América.

Los Laches en Colombia, por explicar alguno tenían por ley que si la mujer paría cinco varones continuados sin parir hembra, uno de los hijos podía hacer de mujer; criados de aquella manera eran femeninos en el talle, ademanes, que nadie podía diferenciarlos de las mujeres. De igual manera, en algunos aborígenes venezolanos se encuentra este tipo de tradición. Otro ejemplo, los Tupinambos del Brasil tenían por valiente al varón activo dentro de la relación homosexual y por proeza esa conducta.

Los Incas tenían la categoría de delito que se castigaba con inmolación no sólo de la persona sino la quema de todos sus bienes materiales. Aplicada ésta no solo a los que se les demostrara ser homosexuales, sino también a los que lo parecieran. Guardar las apariencias era vital para la subsistencia.

Este trinomio es viejo dentro de la historia amerindia. En efecto, otra vez Bernal Díaz del Castillo anota que en Cipalcingo, México, los sacerdotes eran hijos de principales y no tenían mujeres, pero practicaban la sodomía.

La palabra sodomía fue acuñada por una mal interpretación hecha por el monje benedictino Petrus Damianus en el siglo XI, él asoció conducta homosexual con este término.

Burla, miedo a la obviedad femenina, muerte moral u física, instalación en las mentes de la gente que homosexualidad es algo perverso, llevando a la sensación de verse enfermos a sí mismos, sentimiento de culpa, autodestrucción, baja autoestima de los homosexuales y toda la parafernalia discriminadora denominada homofobia, son claramente algunas de las consecuencias que se perpetuaron con las ideas de la conquista.

Algo que se ha perseguido por siglos que no es delito o enfermedad, que se resiste a desaparecer debería ser motivo de un abordaje distinto al que la historia ha evidenciado como una solución justa.

Unos 500 años después de la llegada española a América, España legalizó las uniones homosexuales y la posibilidad de adopción entre parejas del mismo sexo. Los conquistadores enmendaron así un histórico error. La mayoría de países del hemisferio debido a sus insuperables ideologías, desconocimiento y temores sobre este tema El Salvador entre estos no se han atrevido a esta otra justa reparación en el continente. Violan derechos aunque se amparen en Dios cuando blindan a una forma de familia, dejando en el limbo la posibilidad de uniones, contratos o similar figura jurídica para los LGBTI.

FUENTE: Cascara Amarga




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