No caben la cantidad de calificativos para poder definir el suceso que ha sido y que estoy seguro será este estreno, el cual me atrevo a decir que todo el ámbito del medio artístico así como los amantes del teatro, esperábamos con ansias, fecha que por fin llego y pudimos presenciar el esperado momento, en donde todo se cubrió del glamour que caracteriza a esta magnifica historia, dando cita a grandes personalidades que desfilaron por la alfombra purpura, para darle la bienvenida a un verdadero musical de Broadway que hará el honor de engalanar las marquesinas del Teatro Telcel a partir del pasado 3 de agosto.

Fotografía por Charly Duchanoy ©

Sin lugar a dudas, Anastasia es un musical sublime, elegante y simplemente espectacular que mantiene al público al filo de la butaca con la mirada llena de magia, precisamente por la grandeza con la que es ejecutado en cada uno de sus números, los cuales nos trasladan a través de un viaje maravilloso en la historia de aquella Rusia Imperial en la que aun existían los Zares, encabezada por la mítica y polémica familia Romanov y de la que podremos conocer la fantástica historia de la legendaria Anastasia, quien nos contara a lo largo de una serie de números musicales inigualables cada unas de sus aventuras.

Fotografía por Charly Duchanoy ©

Comenzando por remontar al público a través de una deslumbrante escenografía que ocupa la tecnología a su favor, usando videomaping dándonos ilusiones ópticas mágicas, una excelente iluminación y un conjunto de macro-estructuras móviles que giran cambiándonos de pasaje histórico en cuestión de segundos, para poder contarnos la realidad histórica tan contrastante que se vivía en la Rusia previa a la Revolución, este último suceso marcaría para siempre el destino y el nacimiento de una leyenda como lo fue Anastasia, para incluso tener un lugar honorífico en los libros de historia contemporánea, ya que podemos revivir la opulencia con la que vivían los Romanov con unos vestuarios simplemente épicos en medio de un Palacio prácticamente real en pleno San Petersburgo, así como la miseria que vivía el pueblo ruso a partir de la Revolución Rusa recreando un invierno y las ciudades en ruinas, paralelamente retratando la ideología política militarizada y comunista, pasando por la recreación de una huida épica en tren en medio del bosque, acompañada de una persecución para poder llegar finalmente hasta los locos años 20s en un Paris en apogeo, en la que viajamos y podemos ver la Torre Eiffel como nunca antes vista y donde predominaba el Art Nouveau y el charleston, dándole el titulo para siempre como la capital cultural del mundo y la “Ciudad Luz”, en la que incluso el montaje tiene la osadía, de montar otra obra de teatro dentro de la misma obra, haciendo vivir al público el teatro mismo, mediante un espectáculo tan icónico tanto para la cultura rusa como para las tablas, como lo es “El Lago de los Cisnes”, así como ser parte de las festivas reuniones con los exiliados rusos que se llevaban a cabo en el icónico Club Neva.

Fotografía por Charly Duchanoy ©

Para poder terminar siendo testigo del amor entre dos jóvenes (Anastasia y Dimitri) que sin querer y pese a las adversidades y distintas misiones, tales como encontrar a su abuela tras el asesinato de su familia y caer en manos de un par de vivaces que buscan la recompensa de la abuela, terminan consumando su amor de una forma tan emotiva, en medio de la ciudad del amor después de haber cumplido sus respectivos cometidos y haber superado incluso al régimen para poder llegar a reencontrarse Anastasia con su abuela y darse cuenta del corazón de este par que en realidad solo buscaban escapar, historia que por fin podemos ver culminar después de que muchos nos ilusionamos en la pantalla grande y que ahora podemos volver recobrar tal ilusión pero de una manera que estoy seguro no olvidaran.

Fotografía por Charly Duchanoy ©

Todo la obra es acompañada de canciones tan emblemáticas como: “Una vez en diciembre”, “Viaje tiempo atrás” , “Todo por ganar”, entre otras, las cuales hacen de la obra una experiencia memorable, sobretodo por la dirección de orquesta en vivo que hace que vuelva mas emotiva el montaje, bajo la magnifica batuta del talentoso director Isaac Saúl, que en conjunto con la supervisión musical de Bernhard Volk y la directora asociada Carline Brouwer no pierden detalle alguno del musical original de Broadway.

Fotografía por Charly Duchanoy ©

El elenco es encabezado por la impresionante novel actriz mexicana Mariana Dávila quien nos da una cátedra de actuación e interpretación vocal apoteósica como nuestra Anastasia sobre el escenario que acompañada del galán Dimitri interpretado fantásticamente por el talentoso actor argentino Javier Manente, logran una química en el escenario simplemente espectacular, asimismo son acompañados por un antagonista épico interpretado por el impresionante tenor tapatío Carlos Quezada que nos da a un comandante soviético despiadado simplemente magnifico, el elenco estelar lo completan histriones experimentados como Irasema Terrazas (La Emperatriz Viuda), Gloria Toba (Condesa Lilly) y Manuel Corta (Vlad); siendo dirigidos en escena por el director original de la obra Darko Tresnjak quien ha hecho un trabajo genial e inigualable, con los libretos originales de Terrence McNally quienes en conjunto con la excelente mancuerna de producción de Morris Gilbert y Julieta González han logrado un producto excepcional, haciendo mención honorifica a los encargados de escenografía (Alexander Dodge), Vestuario (Linda Cho), Diseñador de video (Aaron Rhyne) por mencionar algunos respectivamente.

Fotografía por Charly Duchanoy ©

Anastasia: El musical de Broadway, se estará presentando en el Teatro Telcel desde le pasado 3 de agosto, es una experiencia que en definitiva no se pueden perder ya que sin duda alguna es un verdadero musical de Broadway montado con una calidad excepcional en México, lo cual es motivo de llenarnos de orgullo, los boletos los pueden adquirir en Ticketmaster, verificando fechas y localidades disponibles, para poder presenciar esta aventura teatral.

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Fotografía por Charly Duchanoy ©