Una higiene correcta es fundamental para prevenir enfermedades pero puede resultar un arma de doble filo si te excedes y provocar una alteración de la capa de lípidos que se encarga de proteger nuestra piel. En ese caso aparecerán problemas como dermatitis, infecciones cutáneas y alergias.

APUNTA ESTOS CONSEJOS:

1. El agua debe estar templada. A una temperatura demasiado alta puede resecar la piel y afectar al manto lipídico.

2. Si te duchas más de una vez al día, ten cuidado. Es imprescindible si doblas entrenamientos, pero utiliza jabón sólo en la ocasión en que más hayas sudado y siempre después de la piscina (el cloro es más perjudicial que volverte a duchar con jabón).

3. La capa de lípidos que se encarga de proteger nuestra piel tiene un PH ligeramente ácido, 5.5, para impedir el paso de microorganismos. Utiliza jabones con un PH cercano al de la piel y que en ningún caso excedan el 6,5.

4. Elige un gel o jabón con poco olor y que contenga aceite de oliva u otros aceites vegetales como el de almendras, germen de trigo, palma o coco.

5. No te frotes. Basta masajear con la mano o con una esponja suave.

6. Sécate bien al salir, la humedad puede producir hongos y lesiones en la piel.

7. Para zonas más delicadas como los genitales o los pliegues de la piel (axilas, ingles, pies) puede ser interesante usar un secador de pelo.

8. Hidrata tu piel adecuadamente al terminar la ducha con loción o aceite corporal, que contribuyen a reponer el manto lipídico. Si te duchas más de una vez al día, no te pases. El exceso puede producir granitos y acné.