Los siete motivos principales por los que dejamos de hacer ejercicio y cómo evitarlo
Durante el confinamiento muchos de nosotros comenzamos a hacer deporte en nuestras casas. En muchos casos, por primera vez. En ese momento, la necesidad de hacer algo nos motivaba a movernos y ejercitarnos. Sin embargo, una vez que empezamos a poder hacer algo de vida fuera de casa, volver al trabajo y relacionarnos con otras personas, es posible que notemos que no tenemos tantas ganas de entrenar.
Hay varios motivos por los que dejamos de hacer ejercicio y si los conocemos, es algo más fácil que sepamos cómo seguir manteniendo la motivación. Ya que hemos adoptado el hábito, es buen momento para trabajar en ello y seguir entrenando.
A veces es difícil encontrar la motivación para levantarnos del sofá e ir al gimnasio o salir a correr. La realidad es que estar sentado en el sofá viendo una serie, salir a tomar algo con los amigos o casi cualquier otra actividad por la que cambiemos el ir a hacer ejercicio, nos ofrece una satisfacción inmediata. En cambio, con el ejercicio nunca sabemos cuándo empezará a llegar la recompensa - o si llegará si quiera-.
Un solución para esto es empezar poniéndonos aspiraciones y metas pequeñas que sean más alcanzables - por ejemplo, ir dos horas a la semana al gimnasio- e ir dándonos recompensas según vayamos cumpliendo objetivos - un masaje, un nuevo conjunto de ropa de ejercicio, etc.-. Poco a poco iremos aumentando las metas en base a nuestra nueva realidad.
La realidad es que un nuevo hábito requiere un tiempo para convertirse en rutina y requiere de un esfuerzo por nuestra parte llegar hasta ese momento.
Un truco que le he visto a Gabriela Uriarte (@Gu_nutricion en instagram) - una conocida nutricionista -, y que a mí me ha funcionado, es planteárnoslo como una obligación más. Como ir al trabajo, a la universidad o como hacer la casa. Que no sea opcional, sino una obligación más de nuestro día a día.
Puede ayudar hacer un calendario con nuestras obligaciones diarias y en qué horarios vamos a llevarlos a cabo y cada día ir marcando cuáles hemos cumplido. Así, al finalizar la semana, podemos tener una visión clara y objetiva de lo que hemos logrado.
La realidad es que, dependiendo de nuestra situación personal y económica, en ocasiones no es posible pagar la cuota del gimnasio. Es cierto que hoy en día, sobre todo en las grandes ciudades, proliferan los gimnasios low-cost o con tarifa plana, que pueden ser una buena opción, pero no en todas las ciudades y pueblos los hay. Además, en este momento no siempre es posible ir al gimnasio. Sin embargo, hay soluciones mucho más asequibles.
Salir a caminar o a correr: nos puede servir no solo como iniciación en el deporte, sino también como una manera de relajarnos y cambiar el chip de la rutina diaria.
Unirse a un equipo. existen equipos de diferentes de deportes amateur que no requieren inscripción o se unen únicamente por diversión. Es una buena manera de comenzar a hacer deporte de manera divertida y conocer gente sin gastar mucho dinero.
Hacer deporte en casa: si algo hemos descubierto estos meses pasado es que gracias a Internet tenemos a nuestro alcance infinidad de alternativas para encontrar ejercicios que hacer en casa: desde canales de Youtube, apps, hasta blogs. Aquí te dejamos una lista de ejercicios que puedes realizar en casa.
La realidad es que, digan lo que digan, comenzar a ver cambios en tu cuerpo puede llevar tiempo. Puedes tardar hasta dos meses en comenzar a notar los resultados físicos.
El cuerpo no cambia inmediatamente con los malos hábitos, sino que lo hace progresivamente y lo mismo ocurre con los hábitos saludables.Nuestro cuerpo necesita un tiempo para adaptarse y empezar a cambiar, pero si no le damos ese tiempo nunca lo hará.
Lo que sí podemos hacer, mientras tanto, es centrarnos menos en el peso. Opciones alternativas son sacarnos fotos o medirnos. Los progresos se irán vislumbrando poco a poco y podremos valorarlas objetivamente.
Además, debemos prestar atención también a los cambios no físicos: ¿nos sentimos con más energía? ¿estamos más ligeros? ¿nuestras digestiones son menos pesadas? ¿dormimos mejor? Todas estas son señales de que el ejercicio y la buena alimentación está teniendo su efecto positivo en ti.
No os voy a mentir, esta ha sido mi realidad durante mucho tiempo. Yo iba al gimnasio y pensaba "¿y ahora qué?". Ser novato en el gimnasio puede ser difícil. Para solucionarlo, en Internet puedes encontrar rutinas y consejos para principiantes. En Vitónica os dejamos hace unos meses una rutina para novatos que os puede ayudar en esto.
Además, lo que a mí mejor me ha funcionado ha sido dejar mi vergüenza a un lado y preguntar a mi monitor.
Otra opción es, si puedes permitírtelo, contratar un entrenador personal. Y, como opción más barata, ahora están de moda los grupos de Whatsapp y Facebook donde los participantes pueden darse ideas, pautas, cosas que han ido aprendiendo, e incluso ir juntos.
Es cierto que a veces es muy difícil sacar tiempo, con nuestras rutinas diarias, para coger nuestras cosas e ir al gimnasio una o dos horas. Por suerte, no es necesario llegar a hacer rutinas de dos horas para poder ver resultados y llevar una vida saludable.
Nosotros te dejamos dos rutinas, una de 15 minutos de Yoga y otra de cuatro minutos utilizando tu propio peso corporal, que pueden ayudarte a comenzar a ejercitarte en muy poco tiempo.
En estos casos, a mí, que soy una desorganizada, me funciona hacerme un horario diario, con el tiempo que voy a dedicar a cada cosa y el tiempo que me queda libre. De esa manera, puedo ver físicamente mi tiempo y cómo y a qué se lo dedico. Es una buena manera de encontrar huecos muertos que puedo aprovechar para hacer ejercicio.
Esta es la realidad: si lo dejas no hay ningún tipo de consecuencia. Nadie te va a despedir, no van a llamarte para reñirte, ni vas a tener ninguna otra consecuencia negativa.
Un estudio de 2010 encontró que el que una persona recibiera llamadas o audios de voz recordándole que tiene que ir a hacer ejercicio facilitaba que la persona fuera, y no solo eso, sino que aumentaba la adherencia de la persona a la rutina de ejercicio.
Sabiendo esto, podemos utilizarlo a nuestro favor. Una opción es, de nuevo, contratar un entrenador personal que nos llamará cuando no asistamos a sus clases y con quien tendremos un compromiso que, de no cumplirlo, tendrá consecuencias. Si esto no entra dentro de nuestras posibilidades económicas, siempre podemos embarcar a un amigo, a nuestra familia, o a nuestra pareja en el mundo del ejercicio y ayudarnos mutuamente a motivarnos y a recibir una llamadita de vez en cuando si hace mucho que no hacemos ejercicio.
La realidad es que hay muchos motivos, y muchas excusas, para no hacer ejercicio o para dejarlo y no volver, pero también hay muchas soluciones y cuando empecemos a ver los resultados lo agradeceremos. El año que viene no necesitaremos ningún tipo de operación bikini, porque las rutinas saludables serán nuestro estilo de vida.
FUENTE: Vitónica