Sabemos que ejercitarse es beneficioso para el organismo, pero quizá, necesitamos volver más tangibles y objetivos esos beneficios, por eso, si aun te quedan dudas, dejamos 21 razones para practicar ejercicio regularmente y obtener variedad de ventajas.
Los 21 beneficios que obtendrás del ejercicio
No sólo te alejará de todos los riesgos que implica el sedentarismo en tu vida, sino que además, la práctica regular de ejercicio físico puede ofrecerte todos estos beneficios:
Mejora el autocontrol de los comportamientos, algo que puede ser beneficioso no sólo en el ámbito de la salud sino también en otros aspectos donde la impulsividad puede ser un gran enemigo. A menos sedentarismo y mayor práctica de deportes, mayor autocontrol según señalan científicos estadounidenses.
Mejora el autoestima, no sólo porque el ejercicio puede mejorar condiciones físicas y así, favorecer la imagen corporal, sino también, porque produce liberación de sustancias que inducen bienestar a nivel emocional.
Ayuda a lograr un peso saludable, porque más allá de favorecer el gasto calórico como hemos dicho el ejercicio regular mejora el autocontrol y además, se ha asociado a una dieta de mejor calidad.
Nos hace sentir bien, porque produce la liberación de endorfinas, y al parecer, a mayor intensidad del esfuerzo mayor puede ser el efecto sobre nuestro estado de ánimo.
Favorece el descanso nocturno al mejorar la calidad del sueño y la conciliación del mismo, incluso, se lo considera un buen recurso terapéutico contra el insomnio como contamos anteriormente.
Reduce el estrés psicológico, sobre todo si se trata de actividades que no producen un gran agotamiento físico o que no son de alta intensidad, como se ha probado con el Tai chi y la caminata.
Protege el cerebro al prevenir cambios neurovasculares que se producen con el paso del tiempo, tal como se ha probado en roedores y otros síntomas del envejecimiento como publicó la American Heart Association, así puede ayudar a prevenir enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer o el Parkinson.
Mejora la memoria no sólo por su efecto sobre las estructuras del cerebro sino también, porque puede favorecer la concentración y también, reducir el estrés como dijimos antes. Este beneficio ha sido señalado en un estudio publicado en Current Biology.
Favorece el rendimiento laboral al incentivar la memoria y la concentración, estimular el autocontrol, reducir el estrés y otros efectos propios del ejercicio que optimizan la productividad en el trabajo.
Induce beneficios en la vida sexual, no sólo porque mejora el rendimiento físico, sino también, porque a nivel emocional produce mejoras. Incluso, se ha demostrado que las mujeres tienen más orgasmos cuando son físicamente activas.
Beneficia la salud ósea al incrementar la densidad mineral ósea y prevenir así como ayudar en el tratamiento de la osteoporosis, según concluye un estudio publicado en el 2002.
Podría reducir el riesgo de desarrollar cáncer, aunque sus mecanismos aun no son del todo claros, la mejora en la salud general acompañada de otros hábitos podrían ser claves.
Contribuye a prevenir y controlar la diabetes, junto a otros hábitos saludables, tal como lo señala una investigación publicada en Diabetes Care. Además, para mantener estables los niveles de glucosa en sangre podrían ser de mucha ayuda los snacks de ejercicio.
Reduce la presión arterial, tanto sistólica como diastólica y por ello, puede ser de ayuda para prevenir y también para controlar la hipertensión arterial.
Ayuda a prevenir enfermedades cardiovasculares, porque contribuye a mejorar el sistema vascular del organismo así como a prevenir enfermedades metabólicas vinculadas al riesgo cardíaco. Así, en la guía para prevenir enfermedades cardiovasculares de la American Heart Association se recomienda la práctica regular de ejercicio físico.
Contribuye a prevenir la depresión y la ansiedad, en parte al reducir el estrés, mejorar el autocontrol, y el autoestima así como a causa de la liberación de endorfinas que se traduce en bienestar general. El ejercicio, podría ser un buen recurso terapéutico ante la depresión y trastornos de ansiedad.
Podría ayudar a dejar de fumar, en parte por reducir la ansiedad como dijimos antes y quizá por otros factores más que aun deben ser estudiados, pero se han encontrado vínculos entre menores síntomas de abstinencia al dejar el tabaco y mayor práctica de actividad física.
Reduce molestias posturales a causa de desequilibrios musculares o falta de tonicidad en zonas claves, así se ha probado en 2005, que el ejercicio individualizado puede ser una gran terapia para prevenir y reducir los dolores en la región lumbar.
Contrarresta el efecto del estrés oxidativo del oxígeno, al producir un estrés leve que induce adaptaciones beneficiosas que ayudan a incentivar la actividad antioxidante del oxígeno y reparar moléculas dañadas. Así, el ejercicio de moderada a baja intensidad lejos de estresarnos puede reducir el estrés oxidativo y por ello, producir todos los beneficios antes nombrados y más.
Disminuye la mortalidad por diferentes causas, aun cuando no se trata de un entrenamiento planificado y estructurado, pues aun el ejercicio cotidiano puede promover la longevidad y mejorar la calidad de vida.
Promueve una buena aptitud física al mejorar habilidades de todo tipo (flexibilidad, fuerza, potencia u otras) y cuidar al organismo tanto por dentro como por fuera.
Si aun te quedan dudas o te faltan motivos para ponerte en marcha, debes conocer estos 21 beneficios que obtendrás del ejercicio físico practicado con regularidad, además de otras satisfacciones personales que estarán dadas por tu objetivo y el tipo de entrenamiento que realices.
Ya sabes, estas y muchas razones más justifican el movimiento diario y la práctica de ejercicio en el marco de un estilo de vida saludable.