No hace falta decir que perder peso es una tarea complicada y más si estás en esos días en que la pizza se te antoja más apetecible que nunca. Quizá para esos momentos te vendría bien escuchar el relato de alguien que haya estado a dieta y, encima, le haya funcionado.
En varios estudios se ha demostrado que las personas que comparten sus hábitos saludables tienen un impacto muy positivo en otras que tienen intención de bajar de peso. Nosotros hemos querido recopilar una serie de historias reales que realmente funcionan y te vamos a dar las conclusiones que hemos sacado en estos 10 consejos. Adelante:
El hecho de dejar las calorías vacías y líquidas, como las bebidas gaseosas, las bebidas alcohólicas y las bebidas azucaradas de café, tiene un gran impacto en lo que al peso se refiere.
Por ejemplo, una lata de Coca contiene 39 gramos de azúcar (más del máximo diario recomendado de 36 gramos) y 140 calorías. Además, beber lo dulce podría aumentar el riesgo de padecer enfermedades graves. Un estudio publicado en el Journal of Nutrition sugiere que las personas que beben bebidas azucaradas como refrescos tienen un 10 por ciento más de grasa visceral, relacionada con enfermedades del corazón y diabetes.
Si tienes dificultades para elegir alimentos saludables en el momento, prepara las comidas con anticipación. Así estarás a salvo de las decisiones impulsivas, las de pegarte un atracón.
Los agitados horarios de trabajo y los compromisos familiares hacen que sea difícil rechazar las comidas rápidas o las comidas congeladas que se pueden preparar en minutos. Tomar uno o dos días de la semana para preparar comidas sanas quizá sea el mejor camino que puedas escoger.
Según un estudio de la Universidad de Illinois en Chicago, en un ayuno intermitentelaalimentación está restringida durante algunas horas fijas. Y esa restricción de calorías diarias es una buena medida para ayudar en tu pérdida de peso. De hecho, en dicho estudio, las personas que ayunaron consumían el 25 por ciento de sus necesidades calóricas diarias cada dos días, lo que se conoce como "días de ayuno". En sus "días festivos" consumían el 125 por ciento de sus necesidades calóricas. Entonces, si normalmente ingerían 2.000 calorías al día, empezaron a comer 500 calorías un día, seguido de 2.500 al día siguiente.
No obstante, este tipo de ayuno solo funcionan si se es constante en seguirlos.
Haz pequeños cambios en tu vida progresivamente. Empieza por comer un poco más sano, luego continua contando las calorías que consumes, sal a caminar, añade un ratito de running a tu rutina... y así sucesivamente.
Los cambios bruscos son más difíciles de ser realizados.
El efecto yo-yo puede aparecer muy rápidamente si te decantas por una de esas dietas "milagro" que mucho prometen pero que no son realizables.
6- Consumir proteínas para saciarte no siempre es una buena opción
Si bien los batidos de proteínas pueden parecer una opción saludable, no siempre te mantendrán satisfecho.
Como se informó anteriormente en Men's Health, los líquidos se vacían de el estómago en menos de una hora, mientras que los alimentos sólidos duran de dos a cuatro horas. Además, la mezcla de alimentos pulveriza las fibras y el cuerpo las descompone más rápidamente, reduciendo la sensación de saciedad.
"Perdí 40 kg hace unos años" escribió un usuario de la revista en sus redes sociales "y lo único que me funcionó fue hacer cardio durante 30 minutos cada día".
Según un estudio de BMC Public Health, las personas con sobrepeso que incluían tanto cardio como entrenamiento con pesas en su programa de ejercicios de 12 semanas perdieron más grasa corporal que otros que se decantaron por otra serie de ejercicios.
"No coma nada que salga de una bolsa, caja o restaurante", señaló otro usuario. Un estudio de Reino Unido encontró que las personas que comían más de cinco comidas caseras por semana tenían 28 por ciento menos probabilidades de tener un índice de masa corporal con sobrepeso (definido como algo por encima de 25) y 24 por ciento menos probabilidades de tener el exceso de grasa corporal que los que comieron menos de tres comidas caseras por semana.
Esto se debe a que las personas que preparan sus propias comidas tienden a usar métodos de preparación más saludables, comen una variedad más grande de alimentos (como frutas y verduras) y comen alimentos menos procesados, que tienden a ser más altos en azúcar y calorías agregadas, señalan los investigadores. Además, cocinar en casa motiva a añadir otros hábitos saludables a la rutina diaria, como hacer ejercicio regularmente.
Llenar tu plato con frutas y verduras es crucial si quieres comer más alimentos y al mismo tiempo consumir menos calorías. Las frutas y verduras también contienen mucha fibra de relleno intestinal, lo que ayudará a mantener su hambre a raya entre las comidas.
Cuando haces la cetogénica, el 60 al 80 por ciento de tu dieta está compuesta de grasa, del 10 al 15 por ciento proviene de proteínas y menos del 10 por ciento está compuesto de carbohidratos.
Aquí está la cosa: la keto es extremadamente restrictiva, lo que automáticamente significa que no funcionará para todos. Pero si la persona puede seguir adelante, debería entrar en un estado cetogénico, que teóricamente obligaría a su cuerpo a funcionar con grasa en lugar de glucosa (un tipo de azúcar que se encuentra en los carbohidratos), lo que hará que empiece a quemar grasa de manera automática.
Además, la persona se ve obligada a comer un número limitado de alimentos, lo que significa que tiene menos oportunidades de confiar en opciones poco saludables.
FUENTE: Mens Health