Los celos, en contra de lo que podría parecer y de lo que sugieren algunas letras de canciones, argumentos literarios o guiones de películas, no siempre son consecuencia de un gran amor, ni indican cuánto se quiere, se necesita o se desea a la otra persona.
Llamamos celos a esa manera de control obsesivo que se pone en marcha ante el miedo a perder una “posesión”. De nuevo nos encontramos con que los pensamientos pueden desencadenar emociones negativas y su control racional lograría desarticular esa emoción particularmente obsesiva.
Los celos suelen darse en personas dependientes con una frágil autoestima que se sienten terriblemente vacías ante la posibilidad de perder al ser amado. Su vida nunca ha sido cultivada interiormente necesitando constantemente del apoyo de unos u otros para poder proseguir en su andadura. Los celos son su manera decontrolar aquello que temen perder previendo en todo momento que la simple posibilidad de “abandono” no llegue a darse. Pero al contrario de lo que esperan, su constante control y desconfianza producen otro efecto. La persona víctima de los celos del otro, se siente cada vez más agobiada y necesita huir de tal aprieto. Los celos siempre acaban produciendo el efecto contrario del deseado: el receptor de los celos no aguanta más una fidelidad nunca creíble por más justificaciones que lleve acabo y el celoso se siente atormentado por su fijación de ideas y desesperado cuando por fin la consecuencia previsible es la ruptura de la relación tan protegida.
La desconfianza en los propios valores personales crea indefensión y dependencia en los otros. Aman con locura absorbiendo cada milímetro de su amado sin dejar que se abra un minúsculo hueco entre ambas vidas. Presionan hasta agotar permitiendo la fijación de ideas absurdas en su mente de forma obsesiva que desequilibran a cualquiera. No viven ni dejan vivir porque en su temor se olvidan de permitirse gozar. Nunca llegan a estar satisfechos porque la duda siempre está visible en sus retorcidas mentes.
Los celos nunca son positivos porque la persona tiene que creer en sí misma y valorarse sin necesidad de depender exclusivamente de otros para existir. Una relación de pareja en la que exista suficiente espacio para poder disponer de una parcela privada para cada miembro y una común para ambos logrará un mejor entendimiento y equilibrio facilitando el desarrollo de ambos.
Cómo controlar los celos
1. Evita pensamientos destructivos que hacen que el problema de los celos se agrave e intenta sustituirlos por otros de seguridad y confianza que ayuden a frenarlos. Esfuérzate en ser objetivo y aprende a diferenciar lo que son hechos reales de lo que puede estar manipulando tu imaginación. Esto no es otra cosa que tomar verdadera conciencia del problema e intentar hacer algo al respecto.
2. Procura ser más tolerante y dejarle su espacio a tu pareja: evita ese impulso irrefrenable que te lleva a estar en todo momento controlando y preguntándole sobre lo que hace y con quien. De esta forma lo único que vas a conseguir es que se sienta cada vez más agobiado y atosigado.
3. Comenta lo que te ocurre a algún amigo de confianza y pídele consejo. No olvides que ocultar el sufrimiento y negarlo hace que se potencie cada vez más. Los consejos y puntos de vista de otras personas ayudan a analizar lo que nos ocurre de forma objetiva y a encontrar soluciones que tal vez no se nos habían ocurrido.
4. Reflexiona sobre lo que te ocurre e intenta aclarar tus ideas. Esto te ayudará a exponer tus sentimientos con sinceridad, a descubrir tus miedos, necesidades, etc. Y una vez detectado el problema procura poner todos los medios a tu alcance para solucionarlos.
5. Evita utilizar amenazas, habla claramente de lo que te ocurre, no te ciegues con la rabia e intenta buscar soluciones al problema.
6. Evita culpabilizar a alguien de lo que te ocurre. Procura ser responsable de lo que sientes y no olvides que tus actos dependen de ti, y eres la única persona que puede cambiar tu conducta ante lo que estas sintiendo.
7. Evita ser trágico a la hora de asumir los celos: esfuérzate en apreciarlos como síntoma de amor verdadero y prevenirlos cuando se descontrolan y vuelven dañinos.
Sufrir celos de forma moderada es una respuesta emocional normal pero, sentirlos de manera exagerada y descontrolada lo convierten en algo patológico. Esto es señal de que a nivel psicológico hay algo que no va bien.
Tácticas para evitar los celos
Intenta que se sienta seguro de su relación, mostrando lo bien que estáis juntos, pero sin dar explicaciones de lo que haces constantemente. Aclara desde el principio cualquier situación que le pueda llevar a crear una sospecha más. No intentes que reconozca que todo lo que le ocurre es por celos. Explícale cómo te sientes cada vez que te espía o te interroga. Pregúntale por qué no puede confiar en ti si es que realmente te quiere.
Reflexiones para una persona celosa
Piensa que tu pareja está contigo porque te quiere como eres. Si tienes amistades, ¿No es lógico que tu pareja también las tenga? Es importante fomentar aficiones al margen de tu pareja. Cuando le asalten dudas cálmate y luego habla sobre ellas.
No se puede desconfiar de alguien que confía en ti. Tu pareja es libre de estar a tu lado. Tu pareja es una persona y no una propiedad. Aunque parezca retórico, debe de insistirse en este punto, es el kit de la cuestión.
Los celos suelen ser un porcentaje muy elevado de la culpa en la ruptura de una pareja. La interpretación de los celos puede ser muy compleja y cada miembro de la pareja dará explicaciones a veces imberosímiles ante las acusaciones recibidas. Y es que como dicen los mayores, los celos son muy malos.
FUENTE: GB