Una de las dudas más frecuentes de los chicos sobre su sexualidad es en torno al frenillo . Se trata de la pequeña franja de piel que une el pene con el prepucio, y lo primero que hay que entender es que no hay dos frenillos iguales.
Entre las cuestiones que más parecen preocupar, por una parte está el miedo a que este se rompa durante las relaciones sexuales, especialmente las primeras veces, o incluso, la falsa idea de que este tenga que romperse necesariamente para disfrutar más del sexo o por una cuestión meramente estética.
La sexóloga Nayara Malnero, en el primer caso, aclara que “no se tiene por qué romper el frenillo durante las relaciones sexuales y tampoco en la primera vez. Lo que sí es verdad es que cuando el frenillo es corto y poco flexible tiene más probabilidades de romperse, pero no solo en el sexo, sino también en otras actividades como la masturbación, al bajar al prepucio demasiado fuerte, o incluso practicando algún deporte”.
En el caso de que esto pase,la recomendación es acudir al médico lo antes posible, sobre todo para evitar posibles infecciones. Sin embargo, Malnero tranquiliza aclarando que “es algo que suele ocurrir de forma habitual, no es especialmente doloroso, ni tiene por qué ser especialmente trascendente, así que es un tema que no debe agobiar”. De hecho, en el caso de que se rompa, “simplemente el prepucio se deslizará con más facilidad porque no se tiene frenillo”.
Igualmente, la experta añade, que otra posible complicación es que “es más común que en los chicos que se de este prepucio, a la larga se provoque una fimosis ”.
El frenillo tiene su función
Sin embargo, no en todos los casos tiene por qué ser así, y generalmente, incluso en casos de frenillo corto, no tiene por qué darse ningún problema. Pese a ello, la sexóloga comenta que es común que haya chicos que crean que es mejor que este se rompa, precisamente para que el prepucio deslice mejor. “Y para nada, la circuncisión, para eliminar el frenillo y esa parte del prepucio, solo se da en casos de necesidad médica o por una cuestión cultural, pero si no, no es necesaria”.
De hecho, el frenillo está ahí porque tiene su función, que no es otra que al estar el pene en estado flácido, pueda ayudar a devolver el prepucio retraído a su posición normal. Además, al ser un área especialmente sensible, ayuda en cierta medida a intensificar las sensaciones de la relación sexual. Incluso, puede ser una zona especialmente erógena a tener en cuenta durante el sexo oral, o en los juegos de manos, siempre que se use lubricante para no dañarlo.
Por eso, en el caso en el que simplemente ese frenillo produzca molestias e irritación durante el coito o la masturbación, sin que haya mayor problema, el consejo de Malnero pasa por utilizar aceite de argán. “Hay que aplicarlo como una cremita, con un ligero masaje, para ayudar a la piel a que se vuelva más elástica”, lo cual hará que mejore la experiencia.
FUENTE: Antena 3