¡A tomar se ha dicho! El alcohol no engorda





A menos que seas un bebedor compulsivo.

Se piensa que para bajar de peso, debes evitar beber alcohol. Sin embargo, un reportero del New York Times asegura que esto puede no ser cierto.

El escritor, Jane Brody, examinó dos décadas de investigación sobre el conflicto entre el alcohol y la pérdida de peso y, eventualmente, se tropezó con una revisión de 2015, publicada en Current Obesity Reports, la cual le proveyó más información sobre cómo el alcohol puede afectar tus esfuerzos por perder peso.

Los investigadores de esta revisión vieron primero los estudios transversales, los cuales evaluaron el vínculo entre el alcohol y el índice de masa corporal de grandes grupos de personas. Los investigadores encontraron que en la mayoría de los casos, el alcohol no estuvo para nada asociado con el peso en los hombres y, en las mujeres, las abstemias pesaron más que las que bebían.

Sin embargo, los investigadores encontraron que los bebedores compulsivos (quienes consumen más de cinco tragos en una sentada) y los alcohólicos (más de cuatro tragos en un día en hombres; tres en mujeres), estuvieron vinculados con un aumento en el riesgo de padecer obesidad.

Después, los investigadores revisaron estudios prospectivos (los cuales monitorean a los sujetos por largos periodos de tiempo, desde meses hasta décadas). Su conclusión: no existe una clara relación entre el alcohol y el peso. Muchos estudios no encontraron ninguna relación entre el alcohol y el aumento de peso, mientras que algunos descubrieron una asociación negativa con él. Aún así, otros estudios encontraron que los hombres que bebieron (sobre todo cerveza) tuvieron mayor probabilidad de volverse obesos que aquellos que no bebieron.

Esta investigación está bien, pero ¿qué significa para ti? Significa que (como con todo) beber con moderación probablemente no te haga ganar peso. (Tratándose del alcohol, moderación significa no más de dos tragos al día para los hombres y uno para las mujeres). Finalmente, todo mundo es distinto, así que la genética, tu dieta en general, tu peso y tu rutina de ejercicio, juegan un papel importante en determinar qué va a pasar cuando agregas alcohol a la mezcla. La clave está en simplemente estar consiente de cuánto estás tomando (por ejemplo, si comienzas a tomar de más y te das cuenta de que estás subiendo de peso, trata de tomar menos) y ajusta en concordancia si empiezas a notar efectos negativos.

FUENTE: Men's Health




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